Hombre encuentra nueve millones de pesetas en tarros de Nesquik mientras reforma su casa de Galicia
Más de nueve millones de las antiguas pesetas. Esa es la cantidad de dinero que, en forma de billetes y en muchos casos nuevos y guardados celosamente en viejos tarros de Nesquik, ha encontrado un vecino de Vila-real, gallego de nacimiento, mientras estaba reformando su nueva casa en la localidad de Sober (Lugo).
Antonio Piñeiro, Toño para quienes le conocen, tuvo la fortuna de hallar en el transcurso de las obras en la vivienda en cuestión, que llevaba unos 40 años abandonada cuando la adquirió, una primera cifra de dinero —unos cinco millones de pesetas (30.000 euros) que, por suerte, aún pudo canjear y que le permitió reparar el techo.
Sin embargo, la continuidad de los trabajos ha seguido deparándole más sorpresas en forma de botes llenos de billetes que, por mala suerte, ya no ha podido cambiar a euros. «Mira, los llamé (al Banco de España), pero me dijeron que ya no se podía», como aseguró al diario El Progreso.
La imposibilidad de canjear por euros el último lote de billetes de pesetas encontrados en la antigua casa que ahora rehabilita le ha obligado a resignarse y quedárselos en forma de recuerdo. En cualquier caso, la suma total del dinero escondido entre las paredes de diferentes habitaciones de la casa alcanza los nueve millones de pesetas (54.000 euros), aunque el último paquete de cuatro millones de la moneda española deberán a esperar a que despierte el interés de algún coleccionista.
Como aseguran vecinos de Sober y de localidades del entorno, la vivienda perteneció a Manuel do Xentes, un trabajador de la fábrica de ladrillos de Canabal y que también era tratante de ganado y vendía sus reses en las ferias de esta comarca enclavada en la Ribeira Sacra. Do Xentes falleció sin herederos y con una fortuna bien escondida entre muros que ha conseguido descubrir Toño.