¿Blanco merece ir al Juego de Estrellas? Altuve dice que sí
Si el segunda base de los Astros, José Altuve, quien ha sido elegido para ocho Juegos de Estrellas, dice que uno de sus compañeros de equipo debería ser un All-Star, entonces probablemente todos deberían escuchar. Pero más allá del respaldo del venezolano, el currículum del lanzador novato Ronel Blanco habla por sí solo.
El dominicano Blanco, quien se dio a conocer al lanzar un juego sin hits en su octava apertura en las Grandes Ligas el 1 de abril, se quedó a seis outs de ser parte de otro juego sin hits la tarde del domingo y se combinó con dos relevistas para limitar a los Tigres a tres hits en la victoria de los Astros por 4-1 en el Minute Maid Park.
Blanco tiene récord de 7-2 con una efectividad de 2.43, un WHIP de 0.97 y un promedio de bateo de .164 de los oponentes en sus primeras 13 salidas, que comenzaron con un juego sin hits contra Toronto y continuaron con seis entradas de un hit el 7 de abril en Texas. Ha permitido una rayita y tres imparables en sus dos últimas presentaciones (13.0 actos).
“Sé que los números están ahí [para ser considerado al Juego de Estrellas]”, dijo Altuve, quien conectó un jonrón de tres carreras en la segunda entrada para liderar la ofensiva de los Astros. “Sé que él no está pensando en eso. Está pensando en ganar. Eso es todo de lo que habla. Realmente creo que debería estar allí”.
Blanco retiró a los primeros 14 bateadores que enfrentó antes de dar bases por bolas al colombiano Gio Urshela, Akil Baddoo y Carson Kelly consecutivamente con dos outs en el quinto inning. Retiró a Zach McKinstry para terminar el quinto y mantener el no-hitter en marcha, pero aumentó su cuenta de lanzamientos a 72 en el proceso.
“Esa quinta entrada, esos tres boletos, lo cansaron un poco”, aseguró el manager de los Astros, el puertorriqueño Joe Espada. “Pero ¿un juego sin hits por siete innings? Eso es bastante bueno”.
Blanco retiró a seis de los últimos siete bateadores que enfrentó, y el único otro corredor en su contra llegó por un error en tiro con dos outs en la séptima entrada por parte de Alex Bregman. Blanco fue retirado del juego tras hacer 94 envíos para dar paso a Ryan Pressly, quien permitió un sencillo con dos outs del dominicano Wenceel Pérez.
“Sabía que había tirado muchos pitcheos y no iba a poder terminarlo, así que simplemente lo acepté”, comentó Blanco.
Cuando Blanco regresó al dugout después de la séptima, Espada le dio un abrazo, diciéndole lo que su temporada ha significado para una rotación que ha sido devastada por las lesiones. Blanco no estaba pautado para lanzar sino hasta el martes en Chicago, pero la rigidez en el cuello de Justin Verlander lo mandó a la lomita el domingo.
“Le dije lo orgulloso que estoy de lo que está haciendo”, reveló Espada. “Este es un muchacho que surgió de la nada y continúa desempeñándose a un alto nivel. Realmente ha levantado este equipo pese a todas estas lesiones y cuando necesitamos que saque la cara, lo hace. Estoy orgulloso del trabajo que ha hecho, y le dije que si el quinto inning no hubiera sido tan largo, le habría permitido volver al montículo”.
Blanco — un ex infielder que se hizo lanzador a los 18 años y visitó varias academias en la República Dominicana antes de que los Astros finalmente lo firmaran por US$5,000 — tiró el decimoséptimo juego sin hits en la historia de la franquicia en una victoria por 10-0 sobre los Azulejos, otorgando dos boletos y ponchando a siete.
“Sé lo difícil que es llegar a este nivel”, contó Espada. “Nunca jugué en las Grandes Ligas y fui coach durante mucho tiempo antes de obtener esta oportunidad, y no es fácil. Cuando tienes a alguien que se abre camino hasta ponerse en esta posición, es especial. Es especial para nuestra familia aquí como equipo, para la organización. Aquí en Houston, cada año nuevos muchachos dan un paso adelante y se destacan. Así es como un equipo se mantiene ganando, cuando los muchachos siguen subiendo y lanzan o juegan o hacen cosas especiales para el equipo”
Blanco mezcló su recta de cuatro costuras, slider y cambio de velocidad de manera magistral, logrando ocho swings en blanco con el cambio, que ha surgido como un arma clave para su éxito este año. Ponchó a ocho.
“Obviamente, no pudimos hacer nada contra él”, añadió el manager de los Tigres, A.J. Hinch. “Las tres bases por bolas, tienes una oportunidad con dos outs, pero lograr salir de eso. Y luego continuó poniendo la pelota donde quería y tirando una gran variedad de lanzamientos. Ha sido realmente bueno todo el año. Ha despegado este año”.