Deportes

El tenis mundial sacudido por la relación tóxica de la tenista número 7 del mundo y su exentrenador

Dubai.- Mientras la tenista kazaja Elena Rybakina, actualmente número 7 del mundo, disputaba la semifinal en Dubai contra la joven sensación Mirra Andreeva, se hizo evidente la ausencia de Stefano Vukov, ex entrenador y quien además fue pareja de la jugadora nacida en Rusia, luego de haber sido sancionado por la WTA.

El croata de 37 años, que regresó al equipo de Rybakina tras una breve suspensión preliminar en enero, fue formalmente inhabilitado para ingresar a los estadios por un año tras ser hallado culpable de violar el código de conducta de la entidad que rige el tenis femenino.

La polémica se remonta a una abrupta ruptura ocurrida en Nueva York, apenas seis meses después de reanudar su asociación, que desencadenó una investigación alimentada por familiares, amigos y figuras del circuito, según puntualizó Daily Mail. La WTA calificó la relación entre Rybakina y Vukov de “tóxica”, basándose en un mosaico de testimonios y en un reporte explosivo de The Athletic que describía episodios de presunto “abuso mental”.

Según dicho informe, el entrenador habría sometido a la jugadora a constantes críticas, insultos y acoso, incluso llevándola al llanto, en el contexto de la preparación previa al US Open del año pasado, poco antes de su despido.

El vínculo entre Rybakina y Vukov comenzó a principios de 2019, cuando el croata asumió el cargo de entrenador tras la salida de Andrei Chesnokov. En menos de un año, la tenista ascendió al top 30 y sumó dos títulos, un salto acelerado que se vio interrumpido por la paralización del circuito durante la pandemia. A pesar de los éxitos en pista, la dinámica entre ambos trascendió lo profesional. Informes indican que, además de la relación laboral, mantuvieron un vínculo romántico; se ha señalado, por ejemplo, que compartieron habitación en un hotel durante un Abierto de Australia.

La controversia se amplió cuando, tras el triunfo de Rybakina en Wimbledon 2022 –donde desmanteló a una nerviosa Ons Jabeur con un servicio preciso–, Vukov se tatuó en el brazo el nombre de la jugadora acompañado de una mención a dicha victoria. Este gesto, producto de una apuesta olvidada de 2020, fue recibido con asombro en el circuito.

Mientras Aryna Sabalenka bromeaba sobre el nivel de devoción mostrado, el periodista Ben Rothenberg describió el tatuaje como “complicado, confuso e incómodo”, subrayando que “no es normal tatuarse el nombre de tu jefa en el brazo”.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba