México enfrenta dificultades para erradicar el grito homofóbico de cara al Mundial 2026
Guadalajara, México. – A pesar de múltiples sanciones y campañas de concienciación, México sigue enfrentando serios desafíos para erradicar el grito homofóbico que ha plagado sus estadios durante las últimas dos décadas. Con el Mundial de 2026 en el horizonte, las autoridades del fútbol mexicano están nuevamente en el centro de la atención internacional debido a este persistente problema.
El grito, que utiliza una palabra despectiva en español, ha sido motivo de multas sustanciales impuestas por la FIFA, afectando tanto a los partidos de la selección nacional como a encuentros de clubes. Aunque se han implementado diversas campañas de sensibilización y educación dirigidas a los aficionados, el problema parece mantenerse, especialmente en partidos de alta rivalidad, como los enfrentamientos contra Estados Unidos.
En el último enfrentamiento entre ambas selecciones en marzo de 2024, durante la final de la Liga de Naciones en Arlington, Texas, el árbitro se vio obligado a detener el encuentro en dos ocasiones debido a los gritos homofóbicos provenientes de la afición mexicana. Asimismo, en un partido disputado en Las Vegas el año anterior, el juego terminó de manera anticipada por el mismo motivo.
Este comportamiento sigue generando controversia, particularmente en Guadalajara, una ciudad con una rica tradición futbolística y hogar de equipos importantes de la primera y segunda división. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, muchos aficionados locales continúan justificando el cántico, argumentando que no tiene la intención de ofender y que forma parte de la «diversión» del ambiente futbolero.
La persistencia del problema plantea interrogantes sobre la capacidad de México para controlar este tipo de conductas de cara al Mundial 2026, donde se espera que el país sea uno de los principales anfitriones. Con la FIFA observando de cerca, el tiempo apremia para que el fútbol mexicano logre una solución efectiva a este comportamiento antes de que el evento global llegue a sus tierras.
La pregunta clave es: ¿podrá México finalmente erradicar este grito de sus estadios, o seguirá siendo un problema en el evento deportivo más grande del mundo?