**”Botero”: El ballet que celebra el arte, el cuerpo y la identidad en la escena dominicana**

Santo Domingo. El universo visual y emocional de Fernando Botero invadió la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito con la presentación del ballet contemporáneo “BOTERO”, una obra que dejó al público dominicano cautivado y profundamente agradecido. Esta puesta en escena, inspirada en la obra del maestro colombiano, marcó el inicio del Mes Internacional de la Danza y celebró el 85 aniversario de la Dirección General de Bellas Artes (DGBA), convirtiéndose en un hito tanto para la danza como para la cultura dominicana.
Una noche inolvidable
Bajo la dirección general de Stephanie Bauger y la coreografía de la renombrada Annabelle López Ochoa, “BOTERO” fusionó la emoción, la crítica social y el virtuosismo técnico. La obra se destacó por unir elementos tan dispares como la ternura visual y el humor irónico, logrando una conexión profunda con el público. El espectáculo, que destacó el carácter humano y diverso del arte de Botero, fue un homenaje visual a las formas voluptuosas y las proporciones irreverentes del artista colombiano.
El público reaccionó con ovaciones sostenidas, apreciando no solo el virtuosismo de los bailarines, sino también la sensibilidad de la obra, que logró llevar a los asistentes a un viaje emocional lleno de risas, lágrimas y reflexión.
Un intercambio cultural de alto vuelo
La colaboración entre el Ballet Nacional Dominicano y el Ballet Metropolitano de Medellín, respaldada por el Ministerio de Cultura y la DGBA, dio como resultado una obra que ha sido aclamada en escenarios internacionales en Colombia, Canadá y América Latina. Ahora, esta producción se ha inscrito en la historia del teatro dominicano, convirtiéndose en uno de los eventos más memorables de la temporada.
Exploración emocional y estética
Bauger destacó la intención de presentar un ballet más inclusivo y cercano, abordando temas contemporáneos que reflejan las realidades humanas. López Ochoa, por su parte, aprovechó la estética única de Botero para crear una coreografía llena de ironía, ternura y una fuerte carga crítica social, transformando esas sensaciones en un espectáculo visceralmente evocador.
Vestuario como escultura en movimiento
El vestuario, diseñado por Diana Echandía, fue una de las piezas clave del impacto visual de la obra. Con su trabajo minucioso, Echandía logró rendir un homenaje escultórico a la estética de Botero, utilizando materiales como varillas, seda y silicona para crear las voluminosas proporciones características de la obra del pintor colombiano, sin sacrificar la movilidad de los bailarines.
Documentar la emoción
La presentación fue registrada por el fotógrafo oficial del Ballet Nacional Dominicano, Nelson Maita, quien documentó cada fase del proceso de creación desde Medellín hasta el montaje final. Su trabajo culminará en un documental que será estrenado a finales de abril, ofreciendo una visión íntima del proceso creativo y el impacto de esta colaboración binacional.
Más que danza: un acto de conexión humana
Al finalizar la función, Bauger expresó que la intención de la obra era conectar emocionalmente con el público y alentarlos a reflexionar sobre la belleza, la diversidad y la autoexploración. “BOTERO” no fue solo una representación visual, sino una invitación a cuestionar los cánones de belleza y a explorar el arte desde un enfoque inclusivo y emocional.
Con esta presentación, el Ballet Nacional Dominicano reafirmó su rol como plataforma de innovación artística, mientras rindió un tributo profundo y conmovedor a Fernando Botero, un artista que, a través de la exageración formal y la profundidad estética, supo hablar con ternura, humor y crítica sobre la condición humana.
Este espectáculo ya ocupa un lugar destacado en la memoria colectiva como una de las producciones más ambiciosas y espectaculares presentadas en el ámbito del ballet contemporáneo en la República Dominicana.
Por CARMEN LUZ BEATO