Estadio Quisqueya Vibra con Adoración y Esperanza en Concierto de Barak
Santo Domingo.– Una ola de fe y esperanza inundó el Estadio Quisqueya la noche del pasado sábado, cuando miles de voces se unieron en un solo clamor durante el concierto “Dios Todo, Dios Fuerte” de la reconocida agrupación cristiana Barak. El evento se convirtió en una poderosa manifestación de adoración y un mensaje de aliento para la República Dominicana.
La velada se inició a las 8:15 de la noche con una conmovedora oración dirigida por el pastor Santiago Ponciano de la iglesia Tabernáculo de Adoración. En sus palabras, el pastor elevó una plegaria por la nación dominicana, invocando un despertar espiritual en medio de los desafíos que enfrenta el país.
Poco después, la energía del público se desbordó con la aparición en escena de Barak. La banda encendió el estadio con su potente alabanza “Dios Fuerte”, seguida del emblemático tema “La Tierra Canta”, que resonó en las gargantas de los asistentes, quienes levantaron sus manos en señal de adoración.
La noche alcanzó un punto álgido con la participación especial del dúo Tercer Cielo, quienes se unieron a Barak para interpretar su emotiva canción “Creeré”, generando un ambiente de profunda conexión espiritual.
Un momento de reflexión marcó la noche cuando la pastora Yesenia Then tomó el micrófono para dirigir un mensaje a la comunidad cristiana. Con palabras llenas de sabiduría, enfatizó: “Este no es tiempo de juicio, es tiempo de misericordia para nuestra nación”.
El cierre del concierto fue una explosión de adoración urbana con la participación de Redimi2, quien se unió a Barak para interpretar su exitosa colaboración “Obra en Mí”, llevando la energía del público a su máximo nivel.
Además de los artistas principales, el concierto contó con presentaciones especiales de Yamilka, Grupo Kabed, Grupo Grace, World Worship y Averly Morillo, quienes ofrecieron un mix de canciones que mantuvieron viva la atmósfera de adoración hasta el último momento.
El concierto “Dios Todo, Dios Fuerte” se erigió como un espacio de encuentro, fe y esperanza, dejando una huella imborrable en los corazones de los miles de dominicanos que se congregaron en el Estadio Quisqueya.
