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“Juanita”: la historia de una niña dominicana llega a la Berlinale

Karen Joaquín es dominicana y Uliane Tatit brasileña. Desde que coincidieron estudiando cine en España se han convertido en inseparables y juntas han rodado su primer corto profesional, que se presenta hoy en la Berlinale y en el que han volcado mucho de su vida como inmigrantes y de sus recuerdos de adolescencia.

“Está impregnado de nosotras”, reconoce Tatit sobre la historia de Juanita, una niña dominicana de 12 años que vive en Barcelona y que trata de adaptarse a los estándares de la belleza europea.

“A esa edad -recuerda Tatit- comenzaron nuestros complejos y es algo que nos persigue hasta hoy”, algo con lo que está de acuerdo Joaquín porque las dos se tuvieron que enfrentar al desafío de una nueva cultura, de un país desarrollado como España, aunque llegaran más mayores que la Juanita de la película.

Por eso decidieron centrar en esa niña que fueron este cortometraje que participa en Generation Kplus, la sección competitiva de la Berlinale dedicada al cine para jóvenes.

“Pensábamos que tenía potencial para ir a un festival de categoría A, creíamos mucho en el proyecto, pero verlo cumplido ha sido una locura, especialmente por ser la Berlinale, que es justo en el que queríamos estar porque es el más abierto a todas las culturas e idiomas”, resalta la cineasta dominicana.

La presión de los estándares de belleza

Un trabajo se centra en una niña concreta en una ciudad específica, pero que creen que es una historia que “pasa de continente o de edades, es sobre ser mujeres, da igual inmigrante o no”, apunta la brasileña.

  • Consideran que la historia de Juanita es la de las inseguridades que la sociedad ha creado en las mujeres, “que a los 12 son unas, a los 20 otras, a los 30 otras, es interminable”.

Es la presión de los estándares de belleza y de comportamiento, que afectan a todas las mujeres, que les provocan vergüenza de no sentirse a la altura. “Podría ser una historia de cualquier mujer”, afirma Joaquín, que cree que al final se trata simplemente de si hay libertad o no.

“En nuestra cabeza venimos a Europa con la idea de que aquí hay una libertad que allá no hay, pero no es tanto, es cuestionable”, apunta Tatit.

Aunque al haber elegido a una niña inmigrante como eran ellas, es evidente que hay detalles que aportan su visión de Latinoamérica desde Barcelona, ciudad que ahora se ha convertido en su casa.

“La historia va de crecer como mujeres, en general, pero ser latina en Europa es una capa más sobre el conflicto de culturas y eso creemos que enriquece el corto”.

Incluso en un momento se cuestionaron si el corto estaba desfasado, si esos problemas eran más de su generación que de las actuales, pero vieron “que las niñas siguen lidiando con estos temas ya sea el acné, la ropa o el maquillaje”.

“La libertad femenina no se debe pensar en términos de geografía, hay que pensar en los valores, especialmente ahora, porque las generaciones jóvenes están muy pendiente de las redes sociales. Y aunque el primer mundo debería ser referencia, al final vamos para atrás”, reflexionan las directoras.

Y en su búsqueda de Juanita se encontraron con Leire Bravo. Fue la última que vieron en el casting. “Su mirada desafiadora nos encantó, es rebelde pero dulce”, perfecta para integrarse en un equipo femenino en un 90 % que ha tardado casi tres años en hacer realidad el corto.

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