Película “Asalto en Progreso” llegará al cine el 2 de mayo
Santo Domingo. El reconocido actor y productor cinematográfico, Josell Hernández, después de haber producido decenas de películas nacionales y extranjeras, ha revelado detalles emocionantes sobre su primera incursión como director con la película “Asalto en Progreso”, que llegará a las salas de cine el 2 de mayo.
Este proyecto, inspirado en los hechos reales del asalto a la sucursal del Banco del Progreso, en la avenida Independencia de Gazcue, el 1 de marzo de 1993, promete llevar al público a través de una historia impactante con actuaciones memorables y sustentado con una co-producción con la Aldea Studios.
La película cuenta con un elenco estelar de la industria cinematográfica dominicana, incluyendo a figuras destacadas como Pepe Sierra, María Castillo, Hony Estrella, Irving Alberti, Richard Douglas, Francis Cruz y Jochy Santos, entre otros, que conversaron con la prensa en Caribbean Cinemas de Galaría 360.
Durante el encuentro, Josell Hernández compartió su motivación detrás de “Asalto en Progreso», destacando la fascinación persistente desde su infancia por este evento y la complejidad psicológica de un médico involucrado en un acto que ha permanecido en la memoria de los dominicanos.
“Cuando ocurrió el hecho yo tenía 11 años, y fue un episodio que nunca se borró de mi cabeza. Al pasar los años y ver los reportajes en televisión, yo le dije a mi padre que yo quería hacer una película de ese caso, a lo que me reprendió diciéndome que yo estaba como loco”, contó el director a los periodistas.
Para hacer esta obra cinematográfica, cuenta que “me movió la idea de ver a un profesional de la medicina haciendo un asalto, y me preguntaba cómo un doctor, que era una de las carreras más reputadas de la época, se abalanzó a robar un banco. ¿Qué lo movió, qué le atormentaba, su familia, tenía hijos?”.
El proceso de selección del elenco fue meticuloso, buscando actores que no solo transmitieran emociones, sino que también brindaran la esencia de los personajes. Por eso, la elección de Pepe Sierra, María Castillo, Hony Estrella, Irving Alberti, Richard Douglas, Francis Cruz y Jochy Santos se basó en la versatilidad y capacidad para sumergirse en roles desafiantes.
“Primero, creía que cada actor era una válvula del corazón de la película, y de manera minuciosa los elegí antes y durante la escritura del guion. Pensé en Pepe Sierra, como un actor tan bueno que pudiera estar enmascarado y de igual manera transmitir emociones; María Castillo la vi desde un principio como la mentora de la película, una maestra de la actuación, la cual aportó mucho a la cinta; Irving Alberti, que aparte de su carisma y profesionalidad, encarna a un coronel de la época con dotes de actuación y rasgos físicos; Richard Douglas puso toda su fuerza, desde siempre lo vi como Candela, un fuego que se necesitaba en la trama”, detalló.
Durante el rodaje, el equipo enfrentó el desafío de equilibrar la seriedad del drama con la necesidad de hacer la película comercialmente atractiva. “El gran desafío era hacer un drama serio y que sea comercial, por ello siempre vi un elenco de actores que garantizaran una obra digna; juntarlos fue un proceso mágico y de aprendizaje”, compartió Hernández.
En cuanto a las locaciones, se eligieron cuidadosamente para transportar a la audiencia a la década de 1990. El 70% de las escenas se filmaron en sets construidos al estilo de Hollywood en La Aldea Studios.
En términos técnicos y creativos, «Asalto al Progreso» destaca por el uso de tecnología de última generación y efectos especiales proporcionados por una reconocida compañía mexicana.
Josell Hernández tiene grandes expectativas para su película, previendo que se convertirá en el drama más comercial de la historia del cine local. Con su enfoque en la resiliencia familiar, Hernández espera que el público se lleve un mensaje poderoso sobre el valor de la familia y la importancia de mantener la esperanza, incluso en circunstancias difíciles.
“Asalto en Progreso” es una obra cinematográfica que fusiona drama, intriga y la cruda realidad de un suceso que dejó una marca imborrable en la memoria de la sociedad dominicana.