Chilenas no aspiran a ser madres y los nacimientos en ese país caen al nivel más bajo de América

Entre 2013 y 2023 los nacimientos bajaron 29%, para alcanzar una tasa de fecundidad por debajo incluso de Italia, Japón y España

 
La abogada chilena Camila Ramírez decidió no tener hijos. Ser madre no es mi «proyecto de vida», dice en una decisión que se enmarca en una tendencia en Chile, país que se situó en una década con la tasa de fecundidad más baja de América.

Entre 2013 y 2023 los nacimientos bajaron 29% en Chile, para alcanzar una tasa de fecundidad de 1,17 hijos por mujer, lejos de los 2,1 necesarios para el recambio poblacional, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

«Ser madre es una labor absolutamente abnegada. Me encanta viajar y cuando me voy de viaje, lo hago sola. No le pregunto a nadie; simplemente desaparezco», explica Ramírez en momentos que concilia el trabajo con una maestría.

«No me veo a cargo de su alimentación y entretenimiento, priorizando siempre el bienestar y cuidado de un hijo por sobre mi propio bienestar», agrega esta mujer de 29 años.

Según la División de población de Naciones Unidas, la fecundidad de Chile está debajo de países desarrollados como Italia, con una tasa de global de fecundidad (TGF) de 1,20; Japón y España, con 1,21.

«Los cambios en torno a la reproducción en la sociedad chilena han sido muy rápidos y abruptos. Lo que tomó décadas en Europa, en Chile lo estamos viendo en 10 o 20 años», dice la socióloga de la Universidad Católica, Martina Yopo.

Debido a una mayor autonomía reproductiva y al acceso de las mujeres a la educación y el trabajo, «la sociedad chilena ha flexibilizado los mandatos y normas en torno al género y la familia. Hoy ser mujer no necesariamente es ser madre, y ser familia no necesariamente tiene que ver con tener hijos», agrega.

En los próximos años, se reforzará la tendencia. Ni siquiera el aumento de la migración -responsable del 17,4% de los nacimientos en 2021- ha logrado revertirla.

Si en 2023 los nacimientos alcanzaron el menor registro histórico (171.992, equivalente a -9,1% interanual), en el primer semestre de este año cayeron a 70.336, según el INE.

«Es una emergencia, una crisis sanitaria. Se me ocurren pocas cosas más importantes que esta desde el punto de vista económico, social y ético», alerta Aníbal Scarella, presidente de la Sociedad chilena de medicina reproductiva.

El economista Jorge Berríos advierte que la caída de los nacimientos «implica que va a haber muchas personas de más edad y que lo más probable es que tengan que seguir trabajando. No hay una renovación generacional en las personas, en la economía y, en general, en el ciclo económico».

«Está muy caro todo»

El aumento del costo de la vida y las exigencias respecto a ser madre llevaron también a muchas chilenas a postergar la maternidad o a desistir.

El año pasado, un tercio de los nacimientos fue de mujeres entre 30 y 34 años. La tendencia incidió en el aumento de la infertilidad, que pasó a afectar a una de cada 10 mujeres a una cada cinco.

«No estamos ayudando a que las personas puedan conciliar el desarrollo laboral y quieran embarazarse», dice Scarella, que propone aumentar la natalidad con más educación sobre el riesgo de postergar la maternidad, acceso a la fertilidad asistida y preservación de óvulos.

La kinesióloga Tamara Guzmán nunca soñó ser mamá. Postergó la decisión, pero hoy, casada y con 41 años, siente que el dinero no le alcanza para vivir como le gusta y criar un bebé.

«Está muy caro todo. Lo veo en mis amigas que están igual que yo y son madres y están supercansadas, con ojeras y estresadas, porque tienen que pagar a la ‘nana’ o el jardín infantil; los pañales y la leche. Si tuviera más ingresos, si lo pensaría», dice.

«Este mundo no necesita más humanos»

Conmovida por la violencia hacia las mujeres, la ejecutiva bancaria Isidora Rugeronni, tomó a los 21 una decisión radical y se esterilizó.

«Sentía que había mucha maldad en el mundo, mucha injusticia y llegué al ‘Antinatalismo’, que es una filosofía que plantea que no es ético tener hijos biológicos como se encuentra el mundo», explica.

«Hablé con mi mamá y le dije: este mundo está tan malo y no necesita más humanos. Puedo hacer un activismo mucho más fuerte e impactar a la sociedad siendo una mujer sin hijos biológicos, y eso me va a permitir ser hogar de acogida y adoptar todos los animales que quiera», agrega hoy a los 25 años, cuando vive junto a una gata ciega.

El descenso de la maternidad se acompaña de una drástica disminución del embarazo adolescente, que bajó 80% en dos décadas, según el INE.

Adicionalmente las vasectomías crecieron 887%, pasando de 768 en 2013 a 7.580 en 2023 en todo el sistema sanitario, según el ministerio de Salud.

La esterilización femenina aumentó 54% en hospitales públicos entre 2013 y 2023, según la misma fuente.