Científicos logran desviar un rayo por primera vez en la historia
En un logro científico innovador, los investigadores han logrado lo que antes se pensaba imposible: controlar los rayos a su voluntad utilizando láseres.
Esta notable hazaña promete avances en protección y seguridad contra rayos, mostrando la capacidad de la humanidad para aprovechar y controlar fuerzas naturales que alguna vez fueron atribuidas a los dioses.
El pararrayos Franklin, una maravilla de su época, ha salvaguardado innumerables vidas y propiedades durante más de 270 años al desviar los rayos lejos de las áreas vulnerables. Sin embargo, en una era de innovación y descubrimiento, el doctor Aurélien Houard y sus colegas de ENSTA París proponen reinventar la protección contra rayos para la era moderna.
En un estudio reciente publicado en Nature Photonics, el equipo de investigación demostró que los pulsos láser poseen la capacidad de alterar la dirección de la caída de un rayo. Esta investigación innovadora se basa en hallazgos anteriores que revelaron que los láseres podrían ionizar el aire y crear chispas de 2 millones de voltios a lo largo de canales de baja densidad dentro de entornos de laboratorio.
Del laboratorio a la cima de la montaña
Para llevar su innovadora idea a mayor escala, los investigadores instalaron una máquina láser, comparable en tamaño a un automóvil, cerca de una torre ubicada en la montaña Säntis en Suiza.
En un logro científico innovador, los investigadores han logrado lo que antes se pensaba imposible: controlar los rayos a su voluntad utilizando láseres.
Esta notable hazaña promete avances en protección y seguridad contra rayos, mostrando la capacidad de la humanidad para aprovechar y controlar fuerzas naturales que alguna vez fueron atribuidas a los dioses.
El pararrayos Franklin, una maravilla de su época, ha salvaguardado innumerables vidas y propiedades durante más de 270 años al desviar los rayos lejos de las áreas vulnerables. Sin embargo, en una era de innovación y descubrimiento, el doctor Aurélien Houard y sus colegas de ENSTA París proponen reinventar la protección contra rayos para la era moderna.
En un estudio reciente publicado en Nature Photonics, el equipo de investigación demostró que los pulsos láser poseen la capacidad de alterar la dirección de la caída de un rayo. Esta investigación innovadora se basa en hallazgos anteriores que revelaron que los láseres podrían ionizar el aire y crear chispas de 2 millones de voltios a lo largo de canales de baja densidad dentro de entornos de laboratorio.
Del laboratorio a la cima de la montaña
Para llevar su innovadora idea a mayor escala, los investigadores instalaron una máquina láser, comparable en tamaño a un automóvil, cerca de una torre ubicada en la montaña Säntis en Suiza.
Por ejemplo, los láseres podrían proteger a las personas que se desplazan en campos abiertos o salvaguardar infraestructuras fijas vitales de forma más eficaz que los pararrayos tradicionales.
Contrariamente a la percepción común, los rayos en este experimento se iniciaron en la parte superior de la torre, con su trayectoria ascendente controlada por láseres, en lugar de que los rayos del cielo fueran redirigidos a una ubicación diferente en el suelo.
Curiosamente, esta investigación podría abrir puertas a algo más que el control de los rayos: incluso podría allanar el camino para fuentes de energía dignas de viajar en el tiempo en el futuro.