Colombianos en Estados Unidos afirman que el huevo les sabe distinto: un análisis explica por qué

Expertos explicaron cómo la producción alimentaria de Estados Unidos y la dieta de las gallinas tiene efectos en el sabor del alimento

No solo los colombianos, también los inmigrantes latinoamericanos, confiesan que la comida en Estados Unidos sabe diferente o, como se suelen oír frases al aire, no tiene tanto sabor como los alimentos que se producen en territorio nacional.

Lo mismo se dice del huevo. Parece que ya es una creencia generalizada de la que muchos viajeros quieren cerciorarse. Algunos ya van predispuestos y, en efecto, suelen dar la razón a la hipótesis.

El caso es que los mismos estadounidenses reconocen que así es y también lo explican por medio de expertos y propietarios de granjas que conocen toda la cadena de cría de avícolas, la producción de los huevos, el tratamiento y la distribución, factores que son determinantes en el sabor final que resulta en la mesa.

Extranjeros Estados Unidos se quejan del sabor de los huevos en redes

La visión extendida entre latinos y, en particular, los colombianos que residen en el país norteamericano, de que los huevos en ese país “no saben a nada” ya es tendencia en redes.

Citada por el diario El Tiempo, la colombiana María José Quiroga, una internauta en Tiktok, afirmó que “si tú riegas un poquito de huevo en la cocina, en Colombia, toda la casa queda oliendo a huevo. Aquí la vez pasada se me regó un huevo y no olía a nada, absolutamente a nada. Además, el sabor tampoco es el mismo, yo siento que no sabe a absolutamente nada”.

La respuesta ha salido en numerosos estudios sobre la ingeniería alimenticia que se esconde detrás de la creencia que apunta a ser una verdad.

De acuerdo con artículo del prestigioso medio Business Insider, la situación también se vive en Europa, y es debido a dos factores que Estados Unidos enfrenta: la sobreproducción que se requiere del alimento (a más de trescientos millones de habitantes) y la cobertura en distancias para la distribución.

Para que estas dos cosas sucedan, según el medio, se deben lavar y refrigerar los huevos. Así, “en Estados Unidos, los huevos se lavan y se secan”. Este proceso difiere en Europa y países como Colombia. “En Europa y en la mayor parte del resto del mundo, las normas hacen hincapié en preservar la cutícula y en hacer llegar los huevos rápidamente a los consumidores”.

En Europa, por ejemplo, los huevos llevan la indicación «consumir preferentemente antes de» 28 días después de su puesta, mientras que en EE.UU. los huevos procesados comercialmente tienen una fecha de caducidad de hasta 30 días después de su envasado”.

Cómo se preparan los huevos para una larga distribución y un mayor tiempo de estimación para el consumo

En ese sentido, un artículo del Huffpost explicó con la guía de expertos en el tema cómo es que en la nación norteamericana se gestiona la producción y distribución. Allí, los huevos pasan por un proceso de limpieza con agua tibia a un mínimo de 90 grados Fahrenheit (32 °C), lo que elimina la cutícula protectora de la cáscara—un requisito del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

Sin embargo, expertos consultados por él indicaron que “ese proceso elimina la cutícula, una capa protectora del huevo. Debido a ello, los huevos estadounidenses son más propensos a la infección por salmonela”, y en consecuencia a un posible cambio en sus propiedades.

Pero hay otra razón, pues “hay algunos aspectos de la producción masiva -en EE.UU. y en otros países- que influyen en el aspecto y el sabor de los huevos”, se leyó en la publicación del medio. Por ejemplo, “la dieta de las gallinas es de suma importancia. Generalmente, en las grandes instalaciones, los animales son alimentados con grano y reciben suplementos y antibióticos”, indicó al análisis.

Por tanto, “las grandes granjas no alimentan a las gallinas con grano de calidad. Los alimentan con grano barato: mucho maíz, muchas cosas para que sigan produciendo”, afirmó Drake Patten, propietario de Hurricane Hill, una granja de conservación que también produce huevos.

En ese mismo plano, un experto en alimentos, Michael Ruhlman señaló para el medio que el color de la yema está “determinado por lo que come el pollo”. Una dieta de alta calidad “intensifica los nutrientes de los huevos” y, a la vez, su sabor.