El Consejo de Transición de Haití condena el ataque a tiros contra dos aviones comerciales de EEUU en Puerto Príncipe
“Pretenden aislar a nuestro país en la escena internacional. Los autores de estos actos atroces serán perseguidos y llevados ante la justicia”, señalaron las autoridades del país a través de un comunicado
El Consejo Presidencial de Transición (CPT) de Haití denunció este martes el recrudecimiento de la violencia por parte de las bandas armadas en Puerto Príncipe y condenó enérgicamente los recientes ataques contra dos aviones comerciales estadounidenses en el aeropuerto Toussaint Louverture.
“Este crimen cobarde, que amenaza la soberanía y la seguridad de Haití, pretende aislar a nuestro país en la escena internacional. Los autores de estos actos atroces serán perseguidos y llevados ante la justicia”, señaló el Consejo en un comunicado.
Los incidentes ocurrieron este lunes 11 de noviembre, cuando miembros de bandas armadas abrieron fuego contra un avión de Spirit Airlines que llegaba de Fort Lauderdale, así como contra un vuelo de JetBlue que partía hacia Nueva York.
Según el CPT, “en las últimas 48 horas, miembros de bandas armadas han puesto en peligro la vida de ciudadanos pacíficos, han incendiado propiedades privadas e incluso han disparado contra aviones comerciales”.
Como respuesta, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional de Haití, junto con la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, desplegaron unidades en las inmediaciones del aeropuerto para proteger los vuelos comerciales y reforzar la seguridad en la zona.
Estos ataques llevaron a la Administración Federal de Aviación de EEUU a prohibir temporalmente los vuelos comerciales a Haití, mientras que American Airlines suspendió sus operaciones hacia ese país durante tres meses tras descubrir que una de sus aeronaves fue impactada por una bala.
También, la Organización de Naciones Unidas (ONU) interrumpió temporalmente la entrega de ayuda humanitaria en Puerto Príncipe, argumentando la falta de acceso seguro al puerto y al aeropuerto debido al deterioro de la seguridad.
El ministro de Justicia en funciones, Carlos Hércules, calificó los ataques como “un acto terrorista contra la vida de nuestros compatriotas y de todos los que se encontraban a bordo de este avión”. Hércules instó a las fuerzas de seguridad a tomar medidas inmediatas para restaurar la paz y garantizar la reanudación de actividades en la capital.
El consejo de transición, un organismo de nueve miembros establecido en abril para liderar a Haití hasta las próximas elecciones programadas para febrero de 2026, también pidió a la población colaborar con las fuerzas del orden para prevenir nuevos actos de violencia.
“Juntos, pondremos fin a estos actos incalificables”, concluyó el comunicado.
La violencia de las pandillas ha generado un ambiente de tensión e inestabilidad en Puerto Príncipe, donde las escuelas y comercios permanecen cerrados, y las actividades del aeropuerto han sido suspendidas hasta el 18 de noviembre.
Las pandillas, que controlan más del 80% de la capital y las principales rutas del país, intensificaron sus ataques, imponiendo su ley a través de asesinatos, saqueos y secuestros. En este contexto, la inseguridad en Haití se agrava mientras el país atraviesa un proceso de transición con la designación del empresario Alix Didier Fils-Aimé como nuevo primer ministro, en reemplazo de Garry Conille, quien fue destituido después de cinco meses en el cargo.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, instó a los líderes haitianos a “dar prioridad a la gobernabilidad por encima de los intereses personales”.
La ONU informó que entre enero y junio de 2024 hubo más de 3.600 homicidios y 1.100 secuestros en el país, y que la inseguridad ha desplazado a más de 700.000 personas, entre ellas una gran cantidad de niños, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
A pesar del despliegue de una fuerza internacional de apoyo a la policía haitiana, liderada por agentes kenianos y financiada en gran parte por Washington, las pandillas siguen imponiendo su dominio en un país que no ha realizado elecciones desde 2016 y no tiene autoridades electas desde el asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021.
Según Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, “la escalada de violencia está empeorando una situación humanitaria ya de por sí grave”.