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El llamado urgente del Arzobispo de Puerto Príncipe: ‘Haití no debe ser olvidado’

Puerto Príncipe, Haití – Monseñor Max Leroys Mésidor, arzobispo de Puerto Príncipe y presidente de la Conferencia Episcopal Haitiana, lanzó un clamor urgente a la comunidad internacional: “estamos al borde del desastre”.

En una entrevista con la Agencia SIR de la Conferencia Episcopal Italiana, Mésidor expresó su profunda preocupación por la crisis humanitaria y de seguridad que vive Haití, exacerbada por la presencia de una Misión Multinacional de Apoyo aprobada por la ONU, pero que, según el prelado, ha sido una “gran decepción”.

El despliegue de la misión, liderada por Kenia, no ha logrado frenar la creciente violencia de las bandas criminales que asedian la capital, Puerto Príncipe, y otras zonas del país. El propio Mésidor denunció que “Puerto Príncipe está prácticamente rodeada por grupos armados”, con un alarmante 85% de la ciudad fuera del control del Estado. Además, destacó que la situación en las áreas periféricas, como Kenscoff, es igualmente grave.

Crisis sin precedentes

La representante especial de la ONU en Haití, Ulrika Richardson, calificó la situación como una crisis sin precedentes, con un aumento dramático de la violencia y la inseguridad. En 2024, se reportaron 5.626 asesinatos2.213 heridos y un incremento del 150% en los secuestros, siendo los niños las principales víctimas. UNICEF también ha alertado sobre un aumento del 70% en el reclutamiento forzado de niños para participar en actividades criminales, como secuestros y enfrentamientos.

A pesar de los esfuerzos internacionales, como la Misión Multinacional de Apoyo, Mésidor subrayó que no se han obtenido resultados tangibles. “No se ha desmantelado ninguna banda, no se ha recuperado ningún barrio y no se ha detenido ni neutralizado a ninguno de los líderes de la violencia”, lamentó el arzobispo.

La respuesta de la Iglesia

En medio de esta tragedia, la Iglesia en Haití continúa brindando apoyo a la población afectada. Mésidor destacó que, aunque la situación es desesperante, la Iglesia sigue llevando un mensaje de esperanza y valentía a los haitianos. “La Iglesia habla y actúa dentro de lo posible, y pide cuentas a las autoridades por su inacción e indiferencia”, agregó.

La Iglesia ha llevado alimentos, agua potable, medicinas y ropa a las comunidades desplazadas por la violencia, con especial atención a mujeres, niños y adultos mayores, quienes han tenido que huir de sus hogares. Además, se están organizando actividades de recaudación de fondos para seguir ayudando a los más necesitados.

Llamado internacional

Monseñor Mésidor también hizo un llamado urgente a la comunidad internacional, pidiendo una respuesta rápida y eficaz para enfrentar la crisis. “El pueblo haitiano necesita una ayuda eficaz y una solidaridad clara. Fortalezcan la Misión Internacional por la Paz y la Seguridad. No se demoren, porque estamos al borde del desastre”, insistió, reforzando el mensaje del Papa Francisco quien ha exhortado en varias ocasiones a no olvidar a Haití.

El prelado concluyó señalando que “cada día es más la sangre inocente que corre en Haití”, donde la violencia y la destrucción están dejando una estela de sufrimiento incalculable. “Por favor, ayúdennos a salvar las vidas de una población prácticamente abandonada a sí misma”, imploró, subrayando que la situación requiere una intervención más efectiva y urgente para evitar una tragedia mayor.

En este contexto, la población haitiana sigue esperando señales de mejora mientras la comunidad internacional evalúa las posibles soluciones ante una de las crisis humanitarias más graves de la región.

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