El preso fugado en Texas mató a un abuelo y sus cuatro nietos en su rancho y les robó el rifle AR-15 con el que disparó a la policía

Un abuelo y sus cuatro nietos, que estaban vacaciones en su rancho en el condado de Leon, en Texas, murieron baleados por Gonzalo Artemio López durante su fuga de 22 días de un prisión texana donde cumplía una condena a cadena perpetua por asesinato.

«Estamos más que devastados», escribió un familiar en la red social Facebook, según informó el diario Houston Chronicle. Los niños tenían entre 11 y 18 años, según este testimonio, y el mayor se acababa de graduar de la escuela. «Es imposible de soportar», añadió el cuñado del hombre en su publicación. La identidad de las víctimas no ha sido hecha oficial por las autoridades ni la prensa.

La familia asesinada vivía en Tomball, un suburbio de Houston, pero se había desplazado a su rancho en Centerville, donde fueron asesinados por el preso fugado, que les arrebató un rifle de asalto AR-15 con el que luego atacó a la policía cuando era perseguido este jueves por la noche antes de ser finalmente abatido por los agentes.

Los niños estudiaban en el distrito escolar de Tomball, según un comunicado de su superintendente, Martha Salazar-Zamora, que lamentó que su vida «fuera arrebatada por un fugitivo»

López, de 46 años, estaba preso en la prisión de Gatesville pero se fugó durante un traslado en autobús a Huntsville para una visita médica. Su búsqueda fue catalogada como «una de las mayores, si no la mayor, de la historia reciente» en Texas», según Robert Hurst, portavoz del Departamento de Seguridad, que había ofrecido una recompensa de 50,000 dólares por pistas para lograr su captura.

López había sido condenado por matar a un hombre en 2006 en la frontera entre Texas y México. Recibió otra cadena perpetua además por tentativa de homicidio en el condado de Webb en 2007.

Según la reconstrucción policial, López iba en un auto reportado como desaparecido. Agentes de policía de Jourdanton, en Texas, frenaron el auto colocando púas en la carretera. El criminal estrelló el vehículo contra un árbol y salió corriendo disparando un rifle AR-15 y una pistola antes de ser abatido. Ningún oficial resultó herido.

«Respiramos aliviados porque López no podrá hacer daño a nadie más», aseguró Jason Clark, portavoz del Departamento de Justicia Criminal de Texas, en una conferencia de prensa.

López escapó el 12 de mayo cuando era trasladado en autobús en el condado de Leon, una zona rural entre Dallas y Houston. Según las autoridades, se zafó de las esposas y apuñaló al conductor. Ningún otro preso aprovechó el momento para escapar, según la policía.

La familia fue asesinada en un rancho que ya había sido registrado anteriormente por las autoridades porque se encontraba en un área cercana a donde se produjo la fuga. Según dijo Clark, no está claro si López estaba dentro de la casa donde mató a las cinco personas o si se encontraba fuera esperando a que alguien llegara. Sí indicó que es probable que las armas las encontrara en la propia vivienda.

Las autoridades texanas explicaron que López estaba vinculado a la mafia mexicana y había sido incluido en la lista de los 10 fugitivos más buscados en el estado.