Gobierno haitiano destina más de 3.8 millones de dólares para renovar Jacmel, pero la crisis en otras regiones genera controversia
El gobierno haitiano ha invertido más de 3.8 millones de dólares en un ambicioso proyecto de renovación para la ciudad de Jacmel, que incluye la expansión de su aeropuerto, la reparación de calles, la restauración del ayuntamiento y la restauración de la electricidad, que había estado ausente por más de tres años. Esta iniciativa fue anunciada coincidiendo con la visita del presidente colombiano Gustavo Petro, lo que generó una serie de reacciones mixtas entre la población haitiana.
Por un lado, muchos habitantes de Jacmel celebraron los avances y consideraron que este esfuerzo representa una oportunidad para el desarrollo de la región, que había sufrido por la falta de infraestructura básica. La restauración del suministro eléctrico y las mejoras en el aeropuerto fueron vistas como pasos positivos hacia la modernización de la ciudad.
Sin embargo, la rápida inversión en Jacmel ha generado cuestionamientos en otras áreas del país, donde los residentes enfrentan problemas más graves relacionados con la violencia de las pandillas y la falta de servicios esenciales. En ciudades como Puerto Príncipe y otras zonas afectadas por la crisis, muchos haitianos expresaron su preocupación por la aparente disparidad en la distribución de los recursos, señalando que otras regiones, más afectadas por la inseguridad y la escasez de servicios básicos, deberían haber recibido atención prioritaria.
La situación en Haití sigue siendo crítica, con la violencia de las pandillas y la falta de acceso a servicios como salud, educación y electricidad en muchas áreas del país. A pesar de los avances en Jacmel, la creciente desigualdad entre las regiones ha alimentado un debate sobre la efectividad de las inversiones del gobierno en un contexto tan complejo.