Hombres blancos que arrastran traumas y son suicidas: radiografía de los tiroteos en EEUU a lo largo de 50 años

Un estudio analizó detalladamente decenas de masacres registradas en centros de trabajo, escuelas y negocios del país a lo largo de cinco décadas. De este resultó una interesante base de datos que bien puede servir para prevenir incidentes de este tipo.

Cómo fue la infancia de quienes decidieron asesinar en tiroteos masivos, qué los motivó, dónde lo hicieron, qué armas usaron, cómo se prepararon… Estas fueron algunas de las preguntas que se formularon dos profesores universitarios al inicio de una investigación de cuatro años que resultó en un análisis detallado de 172 tiroteos ocurridos en Estados Unidos de 1966 a 2019.

Su reporte concluye que los perpetradores de estos actos violentos -que son cada vez más comunes y que se llevan por delante a más víctimas- tenían un pasado turbulento, enfrentaban problemas personales y filtraron sus planes, pero nadie les puso atención.

Los investigadores James Densley, profesor de justicia penal en la Universidad Estatal Metropolitana en St. Paul (Minnesota) y Jillian Peterson, maestra de criminología y justicia penal en la Universidad de Hamline en St. Paul, entrevistaron en las cárceles a algunos pistoleros, desempolvaron notas periodísticas, leyeron con lupa los reportes policiales y crearon una interesante base de datos.

Estos son los principales puntos que surgieron de su extenso trabajo:

AHORA HAY MÁS TIROTEOS

Si bien este proyecto revisó tiroteos masivos registrados durante cinco décadas, más de la mitad ocurrieron desde el año 2000 y el 33% de estos sucedieron después del 2010.

Los períodos más violentos fueron 2018, cuando se registraron nueve masacres, y 1999 y 2017, cada uno con siete incidentes de ese tipo.

Los investigadores notaron que en años recientes ocurrieron los peores casos: 16 de los 20 tiroteos más mortíferos ocurrieron entre 1999 y 2019, y ocho de esos sucedieron de 2014 a 2019.

Además, conforme pasó el tiempo hubo más víctimas. En la década de 1970, en promedio cobraban ocho vidas cada año. Pero de 2010 a 2019 el promedio anual subió a 51 muertes.

Un total de 1,239 personas perdieron la vida en tiroteos y 2,020 resultaron heridas a lo largo de 50 años.

TRAUMAS DE LOS PISTOLEROS

El suicidio fue un factor común en estos actos horrendos. El 30% de los atacantes tenía tendencias suicidas antes de abrir fuego y el 39% se quitó la vida durante el tiroteo.

Esas cifras fueron incluso más altas para los perpetradores más jóvenes: todos los universitarios que realizaron un tiroteo masivo se suicidaron y actuó de la misma manera el 92% de los estudiantes de primaria a preparatoria.

Respecto a los traumas psicológicos, se descubrió que el 31% de estas personas tuvieron experiencias difíciles durante su infancia, como abuso sexual y físico, acoso escolar, uno de sus padres se suicidó o vivieron en hogares donde había violencia doméstica. Más del 80% estaba en algún tipo de crisis.

El estudio aclara que no tenía claro que papel jugaron las enfermedades mentales, a las que típicamente se atribuyen esas matanzas. Señala que la psicosis desempeñó un rol menor en casi un tercio de los casos y que fue solo un aspecto principal en el 10% de los incidentes.

EL ARMAMENTO QUE USARON

En el 77.2% de los tiroteos masivos se usaron pistolas y en 25.1% de estos rifles de asalto.

Un dato revelador es que el 77% de los atacantes compró legalmente alguna de sus armas y el 13% las obtuvo ilegalmente.

Y la mayoría (80%) de quienes realizaron matanzas en escuelas de kínder a preparatoria robaron armas a sus familiares. Siete tiroteos fueron perpetrados por niños de 11 a 17 años.