Joven fallece por sobredosis de fentanilo y acusan dominicano que se la vendió de homicidio involuntario
NUEVA YORK._ Una adicta caucásica murió en Worcester, Massachusetts por una sobredosis de fentanilo mezclado que le vendió el dominicano Jonathan de la Cruz que ahora es acusado de homicidio involuntario.
Un comunicado de la oficina del fiscal del distrito de Worcester, Joseph D. Early Junior, explica que de la Cruz está acusado además por cargos de distribución de una sustancia prohibida clase A.
La mujer murió en marzo de este año y las investigaciones se extendieron hasta semana cuando de la Cruz fue acusado de su muerte.
Acorde a las leyes estatales de Massachusetts cuando un adicto o adicta mueren por sobredosis el responsable de los fallecimientos es quien o quienes les venden las drogas.
La adicta tenía 36 años de edad y de la Cruz, 31. Fue arrestado el viernes y procesado ayer martes en el referido tribunal.
Detectives de la policía de Worcester e investigadores de la oficina del fiscal del Distrito de ese condado, trabajaron en colaboración para presentar las imputaciones contra de la Cruz, refiere el comunicado.
Las autoridades dijeron que el 18 de marzo de 2022, los oficiales de la policía de Worcester respondieron a una llamada y acudieron al edificio 6A en la calle Stowell por reportes de que una mujer no respondía. La adicta fue transportada a un hospital del área donde fue declarada muerta.
Los investigadores supieron que la mujer ingirió lo que creía que era cocaína poco antes de morir.
Una autopsia realizada por la Oficina del Médico Forense del estado determinó que la mujer murió por intoxicación con fentanilo. Un informe de toxicología mostró que se detectaron fentanilo, para fluoro, fentanilo y el tranquilizante para animales, xilazina, en el sistema de la mujer y no hubo rastros de cocaína.
Como estila en estos casos, la identidad de la muerta no fue revelada por las autoridades.
El novio de la difunta les dijo a los investigadores que él y ella le compraban fentanilo con frecuencia a de la Cruz.
Por Miguel Cruz Tejada