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Los incendios de Los Ángeles serán extraordinariamente costosos

Los incendios que arden en el sur de California pueden ser impactantes, pero no sorprendentes. Cualquiera que haya vivido en Hollywood Hills era consciente del peligro. Y para quien lo haya olvidado, la renovación anual de su seguro le sirvió de recordatorio, con un coste considerable. Momentos como estos a veces empañaban el ánimo en la Ciudad de los Ángeles. Ahora ha llegado la catástrofe prometida.

En la mañana del 10 de enero, los bomberos seguían luchando contra las llamas, que hasta ahora han desplazado a 180.000 personas y han provocado diez muertes, mientras los fuertes vientos amenazaban con extender las brasas aún más. Incluso en lo que podría ser una etapa relativamente temprana, es probable que los incendios forestales estén entre los más caros de la historia.

Las casas en Pacific Palisades, un barrio que todavía está en llamas, se venden por unos 4 millones de dólares. Muchos actores de Hollywood ya han perdido sus residencias. Más al norte, el incendio de Eaton amenaza a los suburbios menos pudientes. El banco JPMorgan Chase sugiere que el daño económico podría ascender a más de 50.000 millones de dólares, de los cuales 20.000 millones estarán asegurados.

Los incendios pondrán de manifiesto las deficiencias del frágil mercado asegurador de California. Las empresas han dejado de ofrecer seguros para el hogar en el estado. En 2022, Allstate, la cuarta aseguradora de hogar y accidentes más grande de California, dejó de vender pólizas. En marzo, State Farm, otra aseguradora, canceló 30.000 pólizas de seguro de hogar, incluidas 1.600 en Pacific Palisades. La empresa destacó el creciente riesgo de pérdidas por incendios forestales como motivo para retirarse del mercado.

Una cosa es que los seguros sean caros; otra muy distinta es que las aseguradoras abandonen el mercado. Su decisión de marcharse solo puede explicarse por medidas que impiden que el mercado funcione correctamente. Hasta hace poco, a las empresas californianas se les había prohibido utilizar estimaciones basadas en modelos de riesgos catastróficos, debido a una medida electoral aprobada en 1988 que pretendía reducir las primas. Por tanto, aunque el cambio climático aumentó la probabilidad de incendios forestales, las aseguradoras no pudieron reflejarlo en sus facturas. Muchas se negaron a asumir el riesgo.

Como consecuencia de ello, muchos californianos han acabado dependiendo del plan FAIR, una organización sin ánimo de lucro que actúa como aseguradora de último recurso y cobra en consecuencia. El plan está expuesto a 3.000 millones de dólares de reclamaciones potenciales en Pacific Palisades, una cifra que creció un 85% entre 2023 y 2024 a medida que las aseguradoras privadas se retiraban del mercado. Algunos millonarios acabarán perdiendo dinero: el plan cubre sólo hasta 3 millones de dólares de pérdidas. Muchos otros no tendrán seguro.

Incluso los californianos que han evitado lo peor del incendio podrían salir perdiendo. Si el plan FAIR no puede cubrir el coste de las reclamaciones con sus propias reservas, es casi seguro que las recuperará de las aseguradoras privadas que siguen operando en el estado. Por casualidad, el 2 de enero entraron en vigor las reformas que permiten a las aseguradoras utilizar estimaciones de riesgo basadas en modelos. La próxima temporada de incendios forestales no será una sorpresa. Al menos, con una mejor valoración del riesgo, Los Ángeles podría estar más preparada.

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