“Nuestra única defensa es una pluma”: asesinato del cuarto periodista en 2022 destaca la violencia contra la prensa en México
El asesinato de Roberto Toledo, ocurrido cuando salía del medio en el que colaboraba, exhibe la situación que viven los periodistas en el país más peligroso para ejercer la profesión en el hemisferio occidental.
“Asesinaron a uno de los miembros de nuestro equipo”. Armando Linares, director del portal Monitor Michoacán, apareció frente a una cámara hacia el mediodía del lunes, minutos después del atentado que quitó la vida de Roberto Toledo , de 55 años, colaborador del medio de comunicación.
“Las amenazas se cumplen y uno de nuestros compañeros perdió la vida”, dice Linares con la voz entrecortada en el video. “Solo me queda decirle a la familia de nuestro compañero que no vamos a dejar las cosas así. […] No estamos armados, no tenemos armas. Nuestra única defensa es una pluma, un lapicero, una libreta”, afirma mientras mira a la cámara.
Toledo trabajaba en el medio de comunicación desde hacía al menos tres años, donde colgaba videos e información sobre la situación que enfrenta su ciudad, Zitácuaro, a 150 kilómetros de la capital mexicana, y situada en el estado de Michoacán, uno de los más violentos del país y territorio en disputa por varios grupos del crimen organizado, principalmente entre Carteles Unidos y el Cartel Jalisco Nueva Generación.
Ante el cuarto asesinato de un periodista en México en un mes, el portavoz de la presidencia mexicana, Jesús Ramírez Cuevas, manifestó inicialmente sus condolencias para después matizar que Toledo no era periodista, sino auxiliar de un despacho de abogados, una versión que repite el presidente municipal de la ciudad, Antonio Orihuela.
No obstante, el director del portal, reiteró que Toledo se había desempeñado como periodista por buena parte de su vida y llevaba al menos tres años colaborando en su portal.
“Pedimos al Ayuntamiento de Zitácuaro que no tergiverse la información así como a diversos medios de comunicación al difundir que no era colaborador de un medio digital”, explicó a través de Facebook.
Toledo trabajaba en el despacho de abogados que también se sitúa en el edificio donde se encuentra Monitor Michoacán, pero múltiples videos reflejan su trabajo desde 2019 y el hecho de que tuviera dos trabajos no es extraño en un país donde el salario promedio de un periodista es de 5,499 pesos (267 dólares) al mes, según datos de septiembre de 2021 del portal www.indeed.com.mx, que promedia más de medio centenar de ofertas de trabajo.
Una mujer sostiene una vela durante una protesta contra la violencia hacia periodistas en México, el pasado 25 de enero de 2022.
“Roberto [Toledo] sabía que su vida corría peligro y lo había dicho desde hacía semanas”. El equipo de Monitor Michoacán ha recibido amenazas por WhatsApp y Facebook, asegura.
La controversia entre los políticos y el medio de comunicación ilustra la tensión existente entre las autoridades mexicanas y los periodistas, que parece ir en aumento aun cuando el asesinato de Toledo sumó el cuarto ocurrido en México, el país más peligroso para ejercer periodismo en el hemisferio occidental.
Los otros tres periodistas asesinados en México en enero son José Luis Gamboa, en el estado de Veracruz y muerto a puñaladas el 10 de enero, el fotorreportero Margarito Martínez y Lourdes Maldonado, los dos últimos fallecidos en la ciudad fronteriza de Tijuana a tiros el 17 y 25 de enero respectivamente.
Los datos de las organizaciones reflejan que la estrategia del gobierno mexicano para proteger a los periodistas ha resultado infructuosa.
El Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos, puesto en marcha en junio de 2012 (durante los últimos seis meses del gobierno del expresidente Felipe Calderón), apenas ha conseguido que un 0.8% del total de denuncias terminen en sentencia, según cifras de Article 19.
La ínfima cantidad de casos resueltos va acorde con el desolador panorama de la impunidad en México, donde el 94.8% de todos los crímenes ocurridos queda impune, según datos de la organización México Evalúa de 2021.
Desde que asumió el poder en 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha dedicado varias horas de su conferencia diaria a cargar en contra de lo que juzga como “prensa vendida”, aun cuando México ha escalado hasta el primer lugar como el sitio más peligroso del mundo para un periodista, como ocurrió en 2020 según el conteo de CPJ.
En octubre de ese año, Reporteros Sin Fronteras, Article 19 y CPJ, en la que pedían al presidente “no estigmatizar la labor periodística” al considerar que su discurso aumentaba el riesgo, ya de por sí grande, que enfrentan los comunicadores en México.
“El discurso estigmatizante a medios y periodistas se ha replicado tanto a nivel estatal como municipal, generando contextos en que las declaraciones contrarias al periodismo son la política de comunicación de distintos funcionarios”, señala la carta. “Hemos documentado una variedad de casos de medios y periodistas que, a raíz de discursos estigmatizantes, sufrieron amenazas de muerte, hostigamiento e intimidación”.
A un año y cuatro meses de la carta, y pese a que el inicio de 2022 es el más sangriento para la prensa mexicana desde 2000, el presidente López Obrador no ha cambiado el tono con el que se refiere a los periodistas y ni siquiera mencionó el nombre de Toledo durante su conferencia de prensa matutina del 1 de febrero de 2022, a 24 horas del asesinato.
Los cuatro periodistas asesinados en México suman la mitad del total registrado en el año anterior, ocho. Organizaciones no gubernamentales y grupos de protección a periodistas temen que sea un indicador de que la violencia, lejos de ceder, irá en aumento.
El asesinato de Toledo “refleja la increíblemente peligrosa situación que todos los periodistas que trabajan en México enfrentan cuando hacen su trabajo”, afirmó Natalie Southwick, coordinadora del programa para América Latina y el Caribe del Comité de Protección a Periodistas (Committee to Protect Journalists, CPJ) a The Washington Post.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se sumó a la indignación este martes. «Así como los periodistas mexicanos levantaron su voz para reclamar el cese de la violencia, esperamos que, más allá de las palabras, el Estado aplique acciones concretas y efectivas para impedir que este asesinato y los anteriores queden en la impunidad», dijo Jorge Canahuati, presidente de la SIP.
Los peligros contra la prensa en México no solo se centran en los asesinatos. Las agresiones también se acumulan. El capítulo mexicano de Article 19 informó el lunes que, además de los cuatro asesinatos cometidos en enero de 2022, se han registrado un atentado contra otro periodista en Oaxaca, un reportero que fue apuñalado en Yucatán y otro más que quedó atrapado en medio de un tiroteo en el estado de Guerrero.
Dos días después del asesinato de Maldonado, quien incluso pidió su ayuda en otra de esas conferencias, tras haber recibido a su vez amenazas que finalmente se cumplieron, llegó incluso a decir que la mayoría de los periodistas mexicanos no cumplían “con el noble oficio de informar” y añadió que había que “exhibirlos” como “prensa vendida, alquilada”.
“Son muy pocos los periodistas mujeres y hombres que están cumpliendo con el noble oficio de informar, la mayoría está buscando cómo caemos bajo la máxima aquella de ‘si la ensartas, pierdes y si no la ensartas, perdiste’”, dijo el presidente tres días después del asesinato de Maldonado. “H ay que exhibirlos [a los periodistas], como prensa vendida, alquilada pero… ese es un debate en buen alid”.
El cuarto asesinato en lo que va de este añoRoberto Toledo se convirtió en el cuarto periodista asesinado en México, en un inicio de año particularmente violento hacia la prensa incluso para estándares del país.
Roberto Toledo, que colaboraba para el portal de noticias Monitor Michoacán, fue asesinado a balazos al salir de su trabajo en el occidente del país, con lo que ya suman cuatro comunicadores asesinados en enero en México. La cifra equivale a la mitad de todos los periodistas asesinados en 2021 (ocho).
«Lo que pasa en México es terrorífico»Al menos 47 periodistas habían sido asesinados en el país latinoamericano en los últimos cinco años, de acuerdo con Reporteros sin Fronteras.
México es el país más peligroso del mundo en el hemisferio occidental. Al menos 47 comunicadores han sido asesinados en los últimos cinco años. con los cuatro que han muerto de forma violenta en 2022, la cifra es de 51.
«Lo que pasa en México es terrorífico, vuelve a ser el país con más muertos en un año, aunque es un país en teoría en paz», dijo en diciembre Christophe Deloire, secretario general de Reporteros sin Fronteras (RSF).
José Luis Gamboa, el primer periodista asesinado en México en 2022El comunicador fue muerto a puñaladas en el estado de Veracruz, que bordea el golfo de México.
El cadáver de José Luis Gamboa fue hallado el 10 de enero de este año con siete puñaladas, reportaron medios locales del estado de Veracruz, al este de México. Gamboa era fundador y editor del portal de noticias Inforegio y también del medio digital La Noticia.
Margarito Martínez, fotógrafo de Tijuana, murió a tiros también este mesMartínez murió de un tiro en la cabeza cuando estaba en su automóvil.
El asesinato de Martínez se convirtió en el segundo en lo que va de 2022 y el número 29 durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, según dijo el colectivo Yo sí soy periodista a Univision Noticias, el cual pidió a los fiscales de Baja California que eviten “desestimar sin elementos la posibilidad de que Margarito Martínez no haya sido víctima de la violencia por el trabajo periodístico que desarrollaba”.