Ocupan 19 caimanes, rifles, municiones y drogas en dos casas abandonadas en Manatí
Un total de 19 caimanes de diferentes tamaños, así como múltiples rifles, drogas, municiones, cargadores y dos chalecos antibalas fueron ocupados este jueves en dos residencias abandonadas en el barrio Cerro Gandía de Manatí.
Agentes de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Vega Baja, en unión a personal de la División de Inteligencia Criminal y Arrestos de Arecibo, realizaron la intervención.
El coronel Roberto Rivera Miranda, comisionado de la Superintendencia Auxiliar de Investigaciones Criminales (SAIC), confirmó a El Nuevo Día que el personal antes mencionado llegó hasta la zona de Cerro Gandía como parte de una investigación más amplia y en busca de corroborar ciertas confidencias recibidas. Rivera Miranda indicó que la zona en la que se llevó a cabo el operativo consiste de varias residencias abandonadas, y que en el lugar se han reportado crímenes anteriormente.
“Al llegar a una de las residencias encontraron cuatro rifles con cargadores normales, extendidos y hasta de doble tambor, una gran cantidad de municiones y drogas. Durante esa búsqueda les llegó más información de que en la casa abandonada que quedaba justo al frente de la que habían entrado, en el segundo piso, había un cuarto sellado con varios caimanes en el interior”, resaltó Rivera Miranda vía telefónica.
El comisionado del SAIC dijo que, tras revisar la segunda residencia, los agentes se toparon con los 19 caimanes de distintos tamaños, desde pequeños hasta unos que miden seis pies o más de largo.
“Personal del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) está en el lugar para remover los caimanes. Históricamente, esta zona de residencias abandonadas es caliente y han usado las casas para esconder armas y drogas, además de que también se han formado tiroteos y personas han muerto por actos de violencia”, añadió el oficial.
Rivera Miranda indicó que los agentes no lograron arrestar a personas en conexión con los hallazgos debido a que los presentes en la zona huyeron al ver la llegada de las patrullas. “Estas personas conocen cada callejón y lugar de la zona y se nos perdieron. Ellos le llaman a esta lugar la ‘Palma de la Mano’, y eso es casi como un laberinto”, enfatizó Rivera Miranda.