«Pensé que iba a morir»: Modelo demanda a un cirujano plástico por convertirla en esclava sexual
Una modelo estadounidense no sospechaba que iba a pasar por un infierno cuando aceptó mudarse a la casa de su novio, un cirujano plástico de Nueva York, quien la mimaba con cariño, regalos caros y hasta con viajes a Miami y Dubái.
Amenazas, brutales palizas, tríos forzados, sexo no consentido con desconocidos, ketamina para mantenerla «obediente y dócil» y constante seguimiento de su ubicación, fue parte de lo que sufrió.
Maya Willow Sias, de 25 años, presentó el martes una demanda ante la Corte Suprema de Nueva York exigiendo 10 millones de dólares por los daños y el sadismo que sufrió por parte de su expareja, Ammar Mahmoud, de 40 años. En la demanda de 16 páginas, a la que accedió New York Post, Sias documentó el maltrato que aguantó y las lesiones recibidas durante los nueve meses de su relación.
Los dos se conocieron en abril de 2023 durante una fiesta en un yate y al inicio de su noviazgo, Mahmoud le daba a Sia la impresión de un hombre generoso y galán que la cuidaba y trataba de lo mejor. Todo cambió cuando el cirujano plástico le propuso mudarse a su casa.
Fue entonces cuando la modelo descubrió que su novio era adicto a la ketamina y tusi, como se conoce la droga 2C. «Prácticamente, cada noche, el Dr. Mahmoud abusaba de drogas y alcohol y se abalanzaba sobre Willow a todas horas de la noche, sin tener en cuenta si Willow consentía los actos sexuales o incluso si era consciente», recoge la demanda.
Después de cenar juntos el 7 de junio de 2023, Sias se despertó en medio de la noche por la fiesta que su pareja montó con tres prostitutas en el apartamento donde vivían. Mahmoud se tornó violento cuando la mujer lo confrontó, y la tumbó sobre el suelo, agrediéndola a puñetazos en la cara y en el cuerpo y ahogándola con la almohada hasta que perdió la consciencia. «Pensé que iba a morir», confesó la joven a New York Post.
La paliza que le dio dejó a la modelo con la cara desfigurada, la órbita de un ojo rota y el cuerpo cubierto de hematomas y sangre, de acuerdo con la demanda. Mahmoud pidió perdón, pero la obligó a quedarse en su apartamento para que nadie la pudiera ver y vigilaba su ubicación a través de su celular, amenazándola con graves consecuencias si intentaba huir. La demandante afirma que en ese período el hombre abusó de su cargo de médico para prescribirle antidepresivos mientras la obligaba a tomar ketamina para «mantenerla obediente y dócil».
A finales de julio, cuando los hematomas y lesiones de la mujer llegaron a ser menos visibles, Mahmoud la llevó a su clínica Alinea Medical Spa para ‘arreglar’ la órbita rota del ojo tapando su agresión con una inyección de relleno en esa área, procedimiento que hizo sin administrarle anestesia en un acto sádico de «crueldad calculada», describe el documento.
«A pesar de la obvia necesidad de un tratamiento médico adecuado, el Dr. Mahmoud se encargó de ocultar el daño físico que le había infligido, con la tapadera de su propia licencia médica de la que abusó», indica el texto de la demanda. «El dolor de la inyección se agravaba por la angustia emocional de saber que su abusador también era su única opción para los cuidados, abusando de su autoridad médica para controlarla más y hacerle daño».
Los abusos, la manipulación y administración forzada de drogas continuaron por tres meses más. En octubre de 2023, una mujer que se quedó en el cuarto de huéspedes con Mahmoud le propinó puñetazos en la cara a Sias mientras el cirujano plástico la tenía inmovilizada, denunció la modelo.
En otras ocasiones, a pesar de su ‘no’ explícito, el hombre la forzaba a participar en tríos con prostitutas y en actividades sexuales con desconocidos, agrediéndola sexualmente también cuando estaba inconsciente y restringiéndola físicamente.
«Tenía miedo de que tome represalias y me mate», se justificó la modelo, que finalmente escapó de la casa de Mahmoud cuando se fue a California por trabajo. Ella nunca regresó, a pesar de haber dejado todas sus pertenencias en el apartamento del hombre, y actualmente vive en Los Ángeles.
Contra el cirujano plástico neoyorquino pesa también otra demanda por violencia sexual, presentada por su exesposa, a la que respondió con una demanda por difamación en 2019. En ambos casos, en su contra, Mahmoud niega rotundamente las acusaciones.