Pueblo europeo en el que están prohibidos los niños
En un tranquilo rincón de la la región montañosa de Escocia llamada Highlands, se encuentra Firhall, un pequeño pueblo conocido por su belleza natural y por sus estrictas normas de residencia. Este particular destino atrae la atención por una regla que ha generado controversia: está prohibido que los niños vivan allí.
Firhall ofrece un respiro para aquellos mayores de 45 años que buscan paz y tranquilidad. Entre las regulaciones únicas de este pueblo, destaca la prohibición de tener más de un perro y la exclusión de otras mascotas como patos, conejos, palomas y abejas. Sin embargo, la norma que más llama la atención es la de no permitir especialmente que los niños, residan de forma permanente en el pueblo.
David Eccles, que fue presidente de la junta de vecinos de Firhall, también enfatizó a la cadena británica, que muchos de los residentes tienen nietos, a quienes se les permite visitar pero no residir: “Esto hace que las familias mantengan vínculos sin perturbar la tranquilidad que los habitantes buscan”.
Para Edwina Ellis, residente de Firhall, la belleza y la atmósfera del lugar son los principales atractivos. “Hay muchos pájaros y una riquísima vida salvaje. Ves ardillas todos los días. Es sencillamente un lugar hermoso para vivir”, señaló Ellis a la cadena británica, destacando la naturaleza tranquila que define a Firhall.
La política de no permitir que los niños vivan en el pueblo ha generado especulación y curiosidad, pero los residentes disfrutan de la calma y la serenidad que esta norma les proporciona. Las visitas de los nietos y niños son permitidas de manera controlada, lo que permite a los residentes disfrutar de momentos familiares especiales sin alterar la tranquilidad constante del lugar.
A pesar de la controversia, Firhall sigue siendo un lugar atractivo para quienes buscan un retiro tranquilo. Con sus 93 propiedades, el pueblo ofrece una combinación de belleza natural y un estilo de vida sereno, ideal para sus residentes. Sin niños, el sonido predominante es el canto de los pájaros y las tranquilas conversaciones de los vecinos.
Firhall es conocido por sus estrictas normas dirigidas a mantener un ambiente tranquilo, prohibiendo la residencia de niños y limitando sus visitas. Entonces como consecuencia, estas restricciones han generado descontento entre algunos habitantes, que ven afectada la convivencia por la falta de interacción con menores y y por las restricciones a las visitas de niños. Esto trajo que los habitantes decidan vender sus propiedades e irse a otro lugar, donde las restricciones no abundan y puedan disfrutar de sus jornadas como ellos quieran.
Con información de infobae.com