Quince patrones de torturas y malos tratos en las cárceles cubanas
Jonathan Torres Farrat, menor de 17 años, jamás olvidará la bienvenida que le dieron en la prisión de Jóvenes de Occidente. Cinco oficiales le golpearon con brutalidad y sin motivo aparente, el aperitivo para el maltrato psicológico que continúa hoy en día. Ya al ser detenido fue esposado y colgado a una reja, en un cuarto frío, y posteriormente golpeado, entre ofensas y humillaciones. La Fiscalía le quiere condenar a ocho años de cárcel por participar en las protestas del 11 de Julio, pese a la cruzada emprendida por su madre, Bárbara Farrat, uno de los rostros más visibles entre los familiares de los presos políticos.
Las fuerzas represivas del Gobierno cubano han aplicado contra el jovencito los 15 patrones sistemáticos de torturas, maltratos y penas crueles o degradantes que la organización Prisoners Defenders (PD) ha identificado en el informe que acaba de presentar ante Naciones Unidas. Un descenso a los infiernos contra los 1.167 presos políticos que pueblan las cárceles de la revolución, la mayoría detenidos tras el levantamiento social del año pasado.
El manual de torturas identificado tritura la lavadora de propaganda puesta en marcha desde La Habana. En él se incluyen las agresiones físicas, como las denunciadas por la familia Torres Salat, así como la privación de atención médica, trabajos forzados, confinamientos de castigo en solitario, privación de sueño y de comida, amenazas contra las familias, además de humillaciones y maltratos constantes. El joven Jonathan ha sufrido los 15 tipos de torturas y maltratos identificados por PD.
Los presos más conocidos también sufren las vejaciones del régimen, en especial el disidente José Daniel Ferrer, de 51 años, líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu). Los represores mezclan en su asedio contra Ferrer los abusos de siempre con nuevas técnicas. «Está recibiendo ataques sónicos constantes desde hace 260 días, a los que suma ahora un envenenamiento químico desconocido», constata el informe, que también denuncia que el activista permanece en aislamiento continuo dentro de una celda de castigo que ha sido acondicionada para las nuevas torturas.
«Su degradación física y psicomotriz es paulatina debido a esta tortura constante destinada a asesinarle lentamente», se queja PD. Ferrer se ha mantenido firme ante los constantes chantajes del régimen castrista, que siempre ha visto con temor la popularidad alcanzada por el líder de la Unpacu, sobre todo en el oriente de la isla.
Contra Luis Miguel Valls, condenado a 10 años de cárcel, también se han empleado a fondo, tanto que incluso le obligaron a gritar vivas a favor del presidente Miguel Díaz-Canel. Golpes en las rodillas, baños de agua fría, insultos, acusaciones de ser un «tirapiedras» y «gusano» (contrarrevolucionario).
Estos insultos se repiten de forma constante. «Todo el tiempo eres humillado y tratado como un animal. Todo el tiempo temes por tu vida o tu libertad. Te ofenden y calumnian de delincuente. Te hacen sentir indefenso y te desnudan sin razón para exhibirte públicamente», desveló un preso bajo anonimato.
Otro herramienta contra los presos, denunciada por las organizaciones humanitarias y las familias, son las temidas shakiras, esposas de pies y manos que dañan las articulaciones y los músculos. Los guardias las usan con violencia incluso frente a los jueces en los tribunales. La peor versión consiste en colgar a los prisioneros de los barrotes de su celda o del techo, para dejarles suspendidos por horas.Más en El MundoLa supuesta aventura amorosa entre Jada Pinkett y Chris Rock que todavía enfada a Will SmithHallan muerta a Silvia Soriano, la española desaparecida hace una semana en Ámsterdam
Con el potro, donde el preso queda inmovilizado de pies y manos y sujeto a un poste, se consiguen sufrimientos parecidos.
«El 100 por 100 de los presos está sufriendo alguna de estas torturas», concluye Javier Larrondo, presidente de PD.