Registro de la residencia de Trump se efectuó por una presunta violación de la Ley de Espionaje

El exjefe de Estado incurrió, supuestamente, en esta transgresión al sustraer documentos de la Casa Blanca en la conclusión de su mandato. Según cita el medio estadounidense ‘Washington Post’, los agentes del FBI hallaron en Mar-a-Lago 11 archivos de documentos clasificados. El presunto delito, que también incluye un presunto mal manejo de dicha documentación secreta, se puede castigar con años en prisión.

No escampa para el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El Departamento de Justicia (DOJ) anunció este viernes que los agentes que formaron parte del registro de la residencia de Trump en Mar-a-Lago, Florida, encontraron documentos clasificados que presuntamente el exmandatario se habría llevado de la Casa Blanca.

Según el DOJ, el registro se hizo sobre la base de una supuesta violación de la Ley de Espionaje. Esta prohíbe la posesión o transmisión de información que pueda dañar a la Nación, operaciones militares o beneficiar a los enemigos de Estados Unidos. Esa disposición fue aprobada en 1917.

En esta jornada, también se hizo pública la orden de allanamiento que resultó de las sospechas del Departamento de Justicia.

En el procedimiento contra la residencia del magnate se encontraron, según fuentes citadas por el periódico ‘Washington Post’ 11 archivos de documentos clasificados.

Según medios de prensa, también había documentos sobre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, a lo que el Palacio del Elíseo no quiso pronunciarse por el momento.

Otro de los temas álgidos en la cuestión de los archivos, es la pertenencia por parte de Trump de documentos referentes a las armas nucleares, cosa que el también magnate desmintió, afirmando en su red social ‘Truth’ que era “un engaño”.

El FBI tenía bien claro qué revisar

La orden de registro era bien clara. Solo podían revisar cualquier registro o caja marcada como clasificado, cualquier indicio de transmisión de información sobre la Seguridad Nacional y cualquier archivo presidencial creado bajo el mandato de Trump.

Cualquier prueba sobre la destrucción de algunos de estos documentos también formó parte de la búsqueda.

La víspera, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, subrayó que autorizó personalmente la decisión de solicitar la orden de registro y pidió al juez que se hiciera pública tras varios días de críticas de los republicanos, que acusan al Gobierno de Joe Biden de persecución política.

Este tipo de confirmaciones es muy inusual, ya que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley generalmente no se pronuncian sobre investigaciones en curso, en particular para proteger los derechos de las personas.

¿A qué se puede enfrentar Trump?

Una de las tres leyes por las cuales se basaron los fiscales para buscar los documentos, impide la posesión no autorizada de información de Defensa Nacional. Aunque este mandato no especifica si los registros son clasificados o no, tiene una pena máxima de 10 años de prisión.

De las otras dos legislaciones, se supo que declaran ilegal el ocultamiento o la destrucción de documentos oficiales. Ambas aplican una sentencia de entre tres y 20 años de cárcel.

Hasta el momento, Trump no ha sido imputado de algún delito. Para obtener la orden, los fiscales tuvieron al juez que tenían una ‘causa probable’ para concluir que se había violado la ley.

En el año 2018, el predecesor de Joe Biden firmó un cambio en la condena para las personas sentenciadas por mal manejo de información clasificada, con una pena aumentada de uno a cinco años.

La furia de Trump en ‘Truth’

En varias comunicaciones emitidas por su la red social ‘Truth’, el exmandatario mostró su desacuerdo con todo este hilo de acontecimientos.

“¿Alguien realmente cree que Joe Biden y la Casa Blanca no sabían nada sobre esta gran vergüenza a nuestro país ¿la mayor historia desde la catástrofe de Afganistán? ¡Yo no lo creo!”, dijo Trump apuntando al actual presidente.

En otro momento enumeró un grupo de ideas.

“En primer lugar, todo estaba desclasificado. En segundo, no necesitaban ‘incautarse’ de nada. Lo podrían haber conseguido en cualquier momento, sin hacer política ni entrar en Mar-a-Lago. Todo estaba en un almacén seguro. Lo único que tenían que haber hecho era preguntar”, subrayó.

También acusó a su predecesor, Barack Obama, de tener un comportamiento similar y llevarse una cifra poco despreciable de registros, cosa que desmintió inmediatamente el Archivo Nacional de los Estados Unidos.

La Administración Nacional de Archivos y Registros “desplazó aproximadamente 30 millones de páginas de registros no clasificados a una instalación de NARA en el área de Chicago, donde los mantiene de forma exclusiva. Además, conserva los registros presidenciales clasificados de Obama en una instalación propia en la zona de Washington”, puntualizó la institución.