Santa Sede solicita un compromiso más amplio con el pueblo haitiano
El Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Monseñor Juan Antonio Cruz Serrano, intervino en la sesión ordinaria del miércoles 13 de noviembre en la que se consideró el proyecto de resolución “En apoyo de la solicitud de Haití de una operación de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas”, que fue finalmente aprobada.
Roma, ITALIA.- “La Santa Sede reitera, una vez más, su cercanía con el pueblo haitiano», aseguró Monseñor Juan Antonio Cruz Serrano, Observador Permanente ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), durante su alocución en la sesión ordinaria del Consejo Permanente del organismo este miércoles 13 de noviembre, en la cual se solicitó mayor compromiso con Haití.
En dicha instancia, se trató el proyecto de resolución «En apoyo a la solicitud de Haití de una operación de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas».
Asimismo, resalta la labor que realizan diversas instituciones católicas como Cáritas Internacional, Ayuda a la Iglesia Necesitada, así como entidades locales (diócesis, institutos religiosos y organismos caritativos) «para salir al encuentro de las graves necesidades humanitarias que laceran la querida población haitiana».
En cuanto a la resolución, que fue aprobada, la Santa Sede valoró que el documento invite, entre otras cuestiones, «a la Comunidad internacional a un compromiso más amplio en favor de Haití, con especial “énfasis en la construcción de la paz, la gobernabilidad democrática, la estabilidad política y el desarrollo sostenible», como plantea el punto 5.
El representante recordó la proximidad del Papa Francisco con el pueblo haitiano, citando las palabras del Santo Padre tras la oración mariana del Ángelus del pasado 13 de octubre. En esa ocasión, puntualizó que en Haití continúa la violencia contra la población, «que se ve forzada a huir de sus casas buscando seguridad en otros lugares, dentro y fuera del país». Asimismo, Francisco pidió no olvidar nunca a nuestros hermanos y hermanas haitianos y solicitó que «cese toda forma de violencia y, con el compromiso de la Comunidad internacional, se siga trabajando para construir la paz y la reconciliación en el país, defendiendo siempre los derechos y la dignidad de todos».
La situación actual en Haití sigue siendo crítica, marcada por una creciente crisis de violencia, inseguridad y pobreza. Las bandas armadas controlan grandes áreas del país, lo que ha provocado desplazamientos masivos de personas y un colapso en los servicios básicos, como la salud y la educación. En este contexto, la Iglesia católica desarrolla una amplia tarea de evangelización y solidaridad, no exenta de desafíos y dificultades.