Suspenden al jefe de la policía de Uvalde Pete Arredondo y continúa la investigación del tiroteo
El jefe de la policía de Uvalde, Texas, Pete Arredondo, fue suspendido temporalmente de su puesto con goce de sueldo mientras siguen las investigaciones sobre su actuación durante el tiroteo en el que murieron 19 niños y dos maestras el mes pasado.
El superintendente del distrito, el Dr. Hal Harrell, anunció la decisión este miércoles por la tarde, en un momento en el que Arredondo enfrenta críticas por haber retrasado la respuesta de los agentes cuando el atacante todavía se encontraba en un salón con casi 30 niños y al menos dos maestras.
«Desde el comienzo de este horrible evento, compartí que el distrito esperaría hasta que se completara la investigación antes de tomar decisiones sobre el personal», afirmó Harell en un comunicado este miércoles.
«Al día de hoy, sigo sin conocer los detalles de las investigaciones que están realizando diversas agencias. Debido a la falta de claridad que hay y al hecho de que desconozco cuándo recibiré los resultados de las investigaciones, he tomado la decisión de poner al jefe Arredondo en licencia administrativa a partir de esta fecha», agregó.
Harrell dijo que el teniente Mike Hernandez reemplazará a Arredondo temporalmente como jefe de la policía de Uvalde.
Las autoridades estatales de Texas informaron esta semana que la policía de Uvalde tenía suficientes elementos y equipo para enfrentar y detener al atacante a los tres minutos de que entró a la escuela.
Sin embargó, tardaron 77 minutos en entrar al salón y abatir al asesino, un exalumno de 18 años que ingresó al plantel por una puerta trasera que no se cerró automáticamente con seguro, como se supone que debía funcionar.
La falta de equipo de asalto era una de las principales preocupaciones de Arredondo, quien ha dicho en múltiples ocasiones que retrasó la respuesta por temor a que sus agentes resultasen heridos.
Arredondo dijo que había esperado a que le mandaran las llaves, pero que en cambio le enviaron varios manojos con docenas de ellas, por lo que tuvo que probarlas una por una. “Cada que probaba una llave me ponía a rezar”, afirmó en la entrevista con el medio citado.
“Esperó una llave que nunca fue necesaria”, afirmó McGraw, quien calificó el operativo como «un fallo abyecto».
Se sabe que los niños y los docentes que estaban atrapados en el aula con el asesino llamaron al número de emergencias 911 para pedir auxilio, cuando ya había múltiples agentes afuera del salón esperando una orden para ingresar que llegó demasiado tarde para muchos de ellos.