Tortura, esclavitud y hambre es el infierno de Brittney Griner en Rusia
Brittney Griner, la estrella del baloncesto femenil estadounidense, ya comenzó a cumplir su sentencia de nueve años de prisión por posesión de drogas en una remota colonia penal femenina en Mordovia, Rusia. Un lugar que, de acuerdo con defensores de derechos humanos y ex presos políticos, es conocida por sus brutales condiciones y tratos crueles.
La cárcel a la que fue trasladada la jugadora de las Phoenix Mercury de la WNBA es considerada una de las peores del país e incluso recuerda a los terribles gulags de la Unión Soviética, antiguos centros de detención donde los prisioneros eran obligados a realizar trabajos forzados en condiciones inhumanas.
Según documenta la agencia AP, las torturas que ahí se viven son de trabajo extenuante que raya en la esclavitud, con jornadas laborales de 16 horas y convivencia con criminales violentos.
La pesadilla de Brittney Griner
Después de que Griner fue sentenciada en octubre, las autoridades rusas transfirieron a la atleta a la colonia penal femenina IK-2 de la región de Mordovia ubicada a 350 kilómetros al sureste de Moscú. Este penal fue construido originalmente en la década de 1930 como parte del sistema de gulag de la era de Stalin. Si bien la prisión ha mejorado desde entonces, todavía se caracteriza por la brutalidad y sus duros tratos.
«Las prisiones en Mordovia son notoriamente terribles, incluso para los estándares rusos. Son conocidas por los duros regímenes y las violaciones de los derechos humanos», dijo a The Guardian Olga Zeveleva, socióloga de la Universidad de Helsinki que se especializa en las condiciones de las prisiones rusas.
Cabe recordar que el sistema gulag tenía la función de enviar criminales y disidentes a regiones remotas de Siberia, donde los reclusos proporcionaban mano de obra barata (recibían un pago «simbólico») para desarrollar industrias como la minería y la tala de árboles para construir carreteras y vías férreas.
Si bien las condiciones en los penales hoy en día ya no son las mismas que antes, la ley rusa aún permite que los presos trabajen como parte de su condena.
En total, Mordovia alberga más de 15 colonias penales similares, incluida la estación IK-17 donde el estadounidense Paul Whelan, un marine retirado detenido en 2018, cumple una condena de 16 años. Whelan fue condenado por cargos de espionaje, que tanto él como Washington niegan.
La vida en las colonias penales rusas
La prisión IK-2, donde actualmente Griner cumple condena, es una instalación solo para mujeres y delincuentes primerizos, según describe el Servicio Penitenciario de Rusia. Sus más de 800 reclusas están alojadas en barracones, una especie de cuartel de un único piso.
Sin embargo, Zoya Svetova, periodista rusa y defensora de los derechos humanos que trabajó anteriormente con la Comisión de Monitoreo Público, aseguró a The Associated Press que la mayoría de las mujeres ahí dentro han sido condenadas por asesinato y agresión, al igual que ha aumentado el número de personas encarceladas por delitos de drogas.
Svetova y sus colegas declararon haber recibido múltiples informes de mujeres que fueron agredidas por sus compañeras y por los guardias de la prisión, además de denunciar que el servicio médico es insuficiente.
Sobre este penal también se ha pronunciado Nadezhda Tolokonnikova, integrante del grupo musical Pussy Riot y activista que fue encarcelada en otra colonia de mujeres en Mordovia por protestar contra el presidente Vladimir Putin.
En una carta pública que dio a conocer en septiembre de 2013 denunció las condiciones brutales que se viven al interior de estos «gulags» modernos. Dijo que los reclusos en la colonia IK-14 estaban “colapsando bajo la tensión de condiciones similares a la esclavitud”, obligados a trabajar hasta 16 horas al día y sucumbiendo al hambre y a las temperaturas bajo cero.
«Allí son frecuentes las torturas, la privación permanente del sueño, las jornadas laborales de 16 horas, las cargas de trabajo imposibles de cumplir, las peleas constantes y palizas mortales. Enviaron a Brittney Griner a la peor prisión de toda Rusia. Allí trabajan 16 horas diarias cosiendo y confeccionando uniformes. Hay heridos porque el material y la maquinaria están en mal estado», explicó Tolokonnikova, quien fue liberada en diciembre de ese año gracias a una amnistía del parlamento ruso.
Ulyana Khmeleva, una empresaria rusa que pasó 11 años en las colonias penales de Mordovia por cargos de drogas que, asegura, eran falsos, describió las instalaciones como «un infierno moral» en un ensayo de 2019 publicado en el medio de comunicación independiente ruso Mediazona.
¿Hay esperanzas de un intercambio para Brittney Griner?
Sobre esta posibilidad, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió continuar negociando un intercambio de prisioneros con Rusia, ofreciendo al traficante de armas ruso convicto Viktor Bout por Griner y el ex marine estadounidense Paul Whelan.
El actual gobierno de Estados Unidos considera que Griner y Whelan han sido detenidos injustamente en territorio ruso, insinuando que Moscú puede estar utilizándolos como moneda de cambio en medio de las tensiones entre ambos países por la invasión a Ucrania.
“Mi intención es llevar a [Griner] a casa”, dijo Biden un día después de las elecciones de mitad de período. «Hemos tenido varias discusiones hasta ahora, y tengo la esperanza de que ahora que nuestra elección ha terminado, haya una voluntad de negociar más específicamente con nosotros».
No obstante, Biden aún no ha llegado a un acuerdo con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Esta semana, un alto diplomático ruso confirmó que se están llevando a cabo conversaciones secundarias entre Moscú y Washington para que esto sea posible.
“Me gustaría esperar que la perspectiva de (intercambiar Bout) no solo se mantenga, sino que se fortalezca y llegue el momento en que lleguemos a un acuerdo concreto”, dijo el viernes a los periodistas el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov.