Uno de los acusados del asesinato del presidente de Haití se declaró culpable
El ciudadano haitiano-chileno Rodolphe Jaar se declaró culpable este viernes de haber participado del asesinato del presidente Jovenel Moïse. El hombre de 50 años reconoció haber brindado “apoyo material y recursos” para que se llevara a cabo el secuestro y posterior aniquilamiento del funcionario.
Jaar se encuentra detenido en un penal en Miami, Estados Unidos, desde el 19 de enero de 2022 y es el primero de un grupo de 11 imputados en asumir su culpabilidad en los hechos del 7 de julio de 2021.
Se comprometió a continuar colaborando con las autoridades a fin de conseguir una reducción en su sentencia, que podría ser de cadena perpetua. La decisión final del juzgado se conocerá el 2 de junio próximo.
Moïse fue asesinado a tiros por un comando de mercenarios colombianos en su residencia privada en Puerto Príncipe aunque éste no fue inicialmente el plan. Según declaró el fiscal Markenzy Lapointe en una rueda de prensa el 15 de febrero, en un primer momento, el venezolano Antonio Intriago y el colombiano Arcángel Pretel Ortiz apuntaron a secuestrar al ex Presidente y sustituirlo por Christian Sanon, un ciudadano estadounidense-haitiano que quería estar al frente del país.
La investigación expuso que, a cambio, conseguirían la firma de contratos lucrativos para la construcción de infraestructuras así como el apoyo de las fuerzas de seguridad y el envío de equipamiento militar del futuro gobierno de Sanon.
Fue entonces que un comando de 20 sicarios colombianos contratados por la compañía localizó y disparó 12 veces contra Moïse.
A raíz de los hallazgos de la Fiscalía, se presume que el operativo fue ideado, en gran parte, en el sur de la Florida, donde ya se ha detenido a una docena de sospechosos. De todas formas, los avances se han visto truncados el último tiempo tras las amenazas de muerte contra los jueces a cargo del caso.
Junto con Jaar, quien ya había pasado una temporada tras las rejas por tráfico de cocaína en Estados Unidos y fue informante de la DEA, fueron llevados ante la Justicia norteamericana tres ciudadanos haitiano-estadounidenses y un colombiano.
Se trata de James Solages, Joseph Vincent, Germán Rivera y el propio Christian Sanon, todos acusados de asociación ilícita para cometer asesinato o secuestro en otro país, y de suministrar ayuda material y recursos que resultaron en muerte.
Los primeros enfrentan la condena máxima de prisión perpetua mientras que al último podría caerle una sentencia de hasta 20 años en la cárcel ya que sus allegados explicaron que fue engañado por los verdaderos autores intelectuales del crimen.