Zambada voló a EEUU con un hijo del Chapo Guzmán «contra su voluntad»
El narcotraficante mexicano Ismael «Mayo» Zambada fue detenido en Estados Unidos tras volar a ese país «contra su voluntad» junto a un hijo de su exsocio Joaquín «Chapo» Guzmán, dijo este viernes el embajador estadounidense en México, Ken Salazar.
Joaquín Guzmán López «voluntariamente se entregó», mientras que a Zambada lo llevaron «contra su voluntad», aseguró Salazar en rueda de prensa, dos semanas después de que los dos narcotraficantes arribaran en un avión privado a un aeropuerto de Nuevo México, Estados Unidos.
La defensa de Zambada alega que su cliente fue «secuestrado» por Guzmán López y trasladado a Estados Unidos como parte de un supuesto trato con agentes de ese país.
El Mayo y el Chapo fundaron en la década de 1990 el cártel de Sinaloa, el principal grupo de narcotraficantes de México junto a Jalisco Nueva Generación.
Las declaraciones del embajador se produjeron horas después de que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se quejara de que «no hay cooperación» de Washington para aclarar las circunstancias de los arrestos de Zambada y Guzmán.
«No nos han dado información suficiente», reclamó el mandatario en su habitual conferencia de prensa de este viernes.
Washington asegura que no planificó la operación, aunque López Obrador sostuvo el pasado martes que recibió un informe del país vecino que da cuenta de una «negociación» entre Guzmán López y oficiales estadounidenses.
«Quiero que lo entiendan muy claramente, no hubo recursos de los Estados Unidos en esa operación», aseveró Salazar.
– «No fueron nuestros agentes» –
En sus críticas a Washington, López Obrador planteó este viernes una serie de interrogantes sobre la manera en que Zambada y Guzmán llegaron a territorio estadounidense. «¿Qué pasó con el piloto? ¿Qué hicieron con el piloto? ¿Quién era? Y desde luego, ¿qué saben de dónde salió el avión? Queremos saber más sobre la negociación».
«No fue un avión de los Estados Unidos, no fue un piloto de los Estados Unidos, no fueron nuestros agentes o nuestra gente en México» los que trasladaron a los narcos, dijo el embajador.
Salazar detalló que el aparato salió de Sinaloa (noroeste) y llegó a Santa Teresa, Nuevo México, lo que dejó «sorprendidos» a los oficiales estadounidenses.
«En el momento que lo supimos estuvimos en contacto inmediatamente con nuestros amigos y colegas del gobierno mexicano», apuntó.
Salazar enfatizó que las acciones de Estados Unidos y México contra el crimen organizado se realizan «con respeto a la soberanía» de ambos países, en momentos en que la prensa local cuestiona a López Obrador si el operativo para detener a Zambada y Guzmán constituyó una violación del territorio mexicano por parte de autoridades estadounidenses.
El Mayo Zambada, de 76 años, era el narcotraficante más buscado por Estados Unidos, por el que ofrecían una recompensa de 15 millones de dólares.
En silla de ruedas y con aspecto débil, Zambada compareció a finales de julio ante un tribunal de Texas para declararse inocente de los cargos de narcotráfico, blanqueo de dinero y conspiración para cometer asesinato.
Por su parte, Guzmán López fue llevado a Chicago, donde también se declaró «no culpable» de los cargos de tráfico de drogas.
– Desconfianza –
El Chapo fue entregado por México a Estados Unidos en enero de 2017 y purga cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad en Florence, Colorado.
Un hijo de el Mayo, Vicente Zambada, también está preso en una cárcel estadounidense tras haber sido extraditado en 2010.
Por décadas, el mundo del narcotráfico mexicano ha estado plagado de traiciones, con capos revelando información de cárteles rivales.
Según analistas, la cooperación antidrogas entre México y Washington se ha deteriorado en los últimos años. El gobierno de López Obrador critica a la agencia antinarcóticos estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) por fracasar en su estrategia contra los cárteles.
Desde 2006, cuando México desplegó un polémico operativo antidrogas con participación militar, el país acumula unos 450,000 homicidios y más de 100,000 desapariciones, mientras en Estados Unidos mueren cada año decenas de miles de personas por el consumo de drogas.