San Francisco de Macorís vive una de las peores gestiones municipales de su historia, con la administración del Alcalde Siquio NG de la Rosa y sus acompañantes del PRM
Esta pésima gestión pasará a la historia de nuestro pueblo y del país como un cáncer que se apoderó del destino de San Francisco de Macorís, al crearle crisis y miserias permanentes sin esperanza de ser resueltas.
Esta gestión municipal, de la cual hablamos, no recoge la basura; Macorís está sucio por todas partes, ya que en cada esquina de cada calle están los cúmulos de basura por culpa de Siquio, que ni en eso asume su responsabilidad en cuanto a la recogida de los desechos de todos tipos, lo que sabemos representa, no solo en término de imagen, sino en todo a la contaminación y salubridad se refiere.
La cabeza principal del Ayuntamiento no escucha a nadie, pero tampoco no ha puesto a fluir una política de desarrollo para la ciudadanía… El Mercado Municipal es un desastre, a la fecha no lo adecentado. El pueblo se pregunta en qué se están inviertiendo los recursos del Cabildo. Y no nos cabe dudas que a esta mala gerencia municipal se le puede calificar con los términos y adjetivos más contundentes y nada agradables.
Que mal y pésimo alcalde le salió Siquio al pueblo francomacorisano. Tenemos esa convicción, porque los frutos cosechados han sido muy amargos, por los que son irrefutables, innegables y evidentes ante toda luz meridiana ante el pueblo y la opinión pública.
Desde otro ángulo, vemos como dentro del mismo PRM surgen algunos rostros con aspiraciones de llegar a ser alcalde municipal; de modo que desean seguir haciéndonos tomar ese tramo amargo del desamparo. Qué podemos esperar de ellos, si entre sí se hacen la guerra (conducta de su naturaleza encandilada por sus intereses individuales, que nada tienen que ver con el bienestar del pueblo… No es un partido con decisiones de manera uniforme si no más bien un espacio lleno de acciones caudillescas y de prácticas típicas de buitres hambrientos de poder político, y sobre todo de ansias económicas. Todo esto, en nada le favorece al pueblo. Estas pretensiones personales están por encima del interés social y colectivo de toda la Provincia.
Es de conocimiento público que otros partidos tienen sus aspiraciones, unos que ya han dirigido y otros que son más de lo mismo, solo que cambiaron de nombre, logo y color; pero las viejas raíces del mal siguen ahí muy latentes, por lo que no eliminarán el cáncer político, que los caracteriza a todos sin distinción.
Creemos que San Francisco de Macorís debe ser muy sensato en relación a la próxima contienda electoral; y saber que los hombres y mujeres honorables tienen el sumo deber de salvarnos de la práctica politiquera, para que de ese modo no nos sigan absorbiendo y dejándonos en la total miseria, atrasos y males plurales, como hacen cada año, como si se tratara de una reedición de una película de terror sin final.