SANTO DOMINGO.- Un grupo de estudiantes es señalado por intentar incendiar con gasolina la oficina de la Dirección del liceo Sergio Augusto Beras, en la provincia de El Seibo. Se vieron afectadas las ventanas, un armario y una silla.

La información la confirmó a Diario Libre la directora de dicho centro educativo, Flor Mariana Silvestre, quien dijo estar segura que fueron los estudiantes, debido a que anteriormente habían cortado las trincheras para poder entrar «cosas» de la calle.

«Quieren entrar lo que a ellos se les antoje. Ahí hay venduteras afuera y esas personas pueden estar interesadas en vender acá y el Inabie, tiene desayuno y almuerzo, y si a los estudiantes se les tiene cafeterías, pues el dinero que emplea el Ministerio de Educación a través de Inabie para la alimentación de los estudiantes, entonces se perdería», explicó.

Precisó que, desde el 4 de marzo, han intentado quemar el centro educativo en tres ocasiones, utilizando potes y mechones de gasolina. La Directora entiende que no hay una razón válida para que quieran quemar el liceo.

Silvestre señaló que ante la situación que se está dando en el centro educativo, han tenido apoyo de todas las autoridades, incluyendo la procuradora Yeni Berenice Reynoso Gómez y el director general de la Policía Nacional, general Ramón Guzmán Peralta.

Adelantó que están trabajando en el centro para que sea iluminado, con la colocación de lámparas, al tiempo que dijo que «se le ha retrasado un poco la colocación de las cámaras, por la tecnología y de que la enviaran desde la ciudad de Higüey.

La situación del liceo mantiene preocupados tanto a los maestros, como a los padres de los estudiantes, debido a que temen a que en cualquier momento pueda ocurrir una desgracia, estando todos en el centro educativo.

Mientras, la Policía Nacional informó que mantiene las investigaciones y levantamientos de lugar para identificar a los responsables.

Además, el fuego no logró esparcirse por otros lugares del centro educativo, por la rápida intervención del Cuerpo de Bomberos de la ciudad.

Por: Andreina Chalas Jiménez