Con una misa termina novenario de doña Rosa Gómez, en el templo que se bautizó y se casó
Con la masiva presencia de personalidades, Gurabo despidió con una eucaristía, el novenario de doña Rosa Gómez de Mejía, esposa del expresidente Hipólito Mejía.
En el templo de la parroquia San Bartolomé, numerosos obispos, activos y eméritos, encabezados por el arzobispo Metropolitano de Santiago, Freddy Antonio Bretón, oficiaron la misa.
Para la celebración fue necesario habilitar una amplia carpa donde los asistentes escucharon la homilía del obispo emérito de San Francisco de Macorís, monseñor Fausto Mejía Vallejo.
El mitrado resaltó las cualidades que adornaron a Rosa Gómez de Mejía, que siempre mantuvo su humildad, sin importar ser la esposa del presidente Hipólito Mejía.
Resaltó los valores cristianos y familiares que siempre mantuvo la extinta dama y exhortó a Mejía, sus hijos y nietos, a mantener esos valores y la tradición de reunirse y compartir constantemente.
Mejía Vallejo expresó que doña Rosa no deja luto, sino alegría y celebración, con su ejemplo de servicio, alegría, compartir y solidaridad.
Hipólito reitera gratitud
Por si parte el expresidente Hipólito Mejía reiteró su gratitud a Gurabo y al país, por las muestras de apoyo y solidaridad que les han expresado a la familia en este momento difícil.
Dijo que la familia vive lo que los borrachos definen como resaca y ya verán como asumirán la situación con la falta de doña Rosa en el hogar.
Hipólito Mejía dijo que su finada esposa fue y es una gurabera ejemplar y narró que en el templo de San Bartolomé ambos fueron bautizados, recibieron la comunión y se casaron.
Le agradeció a obispos y sacerdotes, por los testimonios ofrecidos de su compañera, durante esos nueve días.