Estudio revela mal uso de suelo en Dajabón
El 50 por ciento del territorio de Dajabón se usa para la agricultura y sin embargo solo el 19% del suelo es de vocación agrícola, lo que requiere mayor cantidad de agua y se convierte en uno de los principales obstáculos del sector la falta del líquido.
“Esta limitante está dada por el sobreuso de las tierras sin alta vocación agrícola, la falta de infraestructura adecuada y un sistema de riego deficiente”, establece la investigación “Fragilidad, resiliencia, desarrollo e inversión de la zona fronteriza” del Instituto de Educación Superior en Formación Diplomática y Consular y el Instituto Superior para la Defensa.
Entre los principales productos cosechados en Dajabón están el maíz, la yuca, el plátano, el café y el arroz.
En tanto que algunas malas prácticas agrícolas han causado muchos daños al sector y al medio ambiente. Una de ella es desbroce de la tierra, modalidad usada especialmente por pequeños agricultores, lo cual disminuye la productividad del suelo por un periodo de uno a tres años, periodo en el cual los terrenos se someten al pastoreo de vacas y ovejas, lo cual aumenta el proceso de aridez y desertificación.
Consecuencias del mal uso de suelo
“Esta práctica, a largo plazo, resulta altamente destructiva y los daños pueden ser irreversibles, ya que producen una degradación intensa en los suelos de cultivo y en los sistemas forestales”, refiere el estudio.
Otra práctica destructiva es la tumba y quema de bosques para sembrar cultivos de ciclo corto, lo cual representa un riesgo de incendio y daños provocados en la calidad del aire, la pérdida de biodiversidad y empobrecimiento de los suelos. También esta la tala de árboles para producir carbón
En la investigación se recomienda explorar nuevas estrategias para sacar el mayor provecho de las estructuras de riego y combatir la sequía y desertificación de las tierras.
También que se construyan nuevas de riego en zonas con mayor capacidad agrícola y ganadera; evaluar los suelos que son aptos para la agricultura y ganadería, a fin de apoyar métodos apropiados para su explotación sostenible; aumentar los sistema de riego por goteo y aumentar los centros de acopio cercanos a las fincas.
Además establecer sistemas de vigilancia permanente con miras a detener prácticas como la tala y quema y el desmonte de árboles, gestionar el apoyo a pequeños productores.