Indignación por presunta corrupción y negligencia en caso de abuso sexual infantil en Manoguayabo

Una profunda indignación embarga a la comunidad de Manoguayabo tras la denuncia de Andreina Jaime, cuya hija de tan solo 12 años habría sido víctima de abuso sexual el pasado mes de noviembre por un vecino de 58 años. El caso ha tomado un giro alarmante debido a las serias acusaciones de detención irregular, posible corrupción y negligencia por parte de las autoridades competentes.
Según la desgarradora denuncia de la madre, el presunto agresor se encuentra retenido en la “carcelita” de Manoguayabo, un centro de detención que no sería el adecuado para la gravedad del delito imputado. La situación se agrava con la alegación de que el acusado estaría utilizando influencias y recursos económicos para evitar su traslado a la cárcel de Najayo, donde debería cumplir la medida de coerción impuesta por el tribunal.
Las acusaciones de Andreina Jaime no terminan ahí. Con profunda angustia, la madre denuncia que el acusado podría salir del centro de detención durante las noches, contraviniendo cualquier protocolo de seguridad y legalidad. Además, asegura haber recibido mensajes directos del presunto agresor ofreciéndole la suma de dos millones de pesos a cambio de que retire la denuncia formal.
La gravedad del caso se intensifica al conocerse el presunto historial del acusado. Vecinos lo señalan como un individuo con tendencias maniáticas que, en el pasado, habría abusado de otros menores, especialmente niñas indocumentadas de nacionalidad haitiana, a quienes presuntamente sobornó a sus madres para silenciar los hechos.
La actuación de la fiscalía también ha sido objeto de fuertes críticas por parte de Andreina Jaime. La madre denuncia que la fiscal del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes (NNA), Olivia Sosa, la habría tratado con negligencia, tomándola “de relajo” por no contar con representación legal y cambiando constantemente las fechas de citación, generando aún más angustia e incertidumbre en el proceso.
La presión y las amenazas por parte del agresor han tenido un impacto devastador en la víctima. Andreina Jaime revela que su hija, inicialmente valiente al denunciar el abuso, cambió su versión de los hechos, llegando incluso a acusar a un hermano. Esta dolorosa retractación sería consecuencia directa de las amenazas de muerte proferidas por el agresor contra toda su familia.
Los detalles del abuso son escalofriantes. La denuncia detalla que el agresor habría utilizado juguetes sexuales, causando graves lesiones y desgarros en las partes íntimas de la menor, lo que subraya la brutalidad del ataque.
A pesar de este panorama desalentador, el proceso judicial sigue en curso. La adolescente se encuentra recibiendo terapia psicológica para mitigar el trauma sufrido y está previsto que sea interrogada en la cámara gesell en los próximos días, un testimonio crucial para esclarecer los hechos y buscar justicia.
Este caso ha generado una ola de indignación y exige una investigación exhaustiva y transparente por parte de las autoridades competentes. La comunidad de Manoguayabo clama por justicia para la menor y su familia, y exige que se esclarezcan las graves acusación de corrupción y negligencia que rodean este doloroso caso de abuso infantil. La protección de los menores y la integridad del sistema judicial están en juego.