Joven que pasó de dormir en el piso a las mejores pasarelas del mundo
Karamba Sánchez, un joven modelo dominicano que de vivir en el barrio El Cementerio, en la Romana, hoy vive lo que llama como “un sueño” en el que día a día se esfuerza para ayudar a su madre, a quien siempre ha catalogado como una mujer luchadora.
El joven ha causado furor en Europa tras su debut como modelo para las más altas casas de la moda. Ha desfilado en las mejores pasarelas del mundo y ese es solo su comienzo: se trata de la nueva promesa dominicana del modelaje internacional.
Karamba se estrenó en grande para el dueto Italiano D’Square y desfiló para Fendi, Etro, JW Anderson, Paul Smith, Ami, Casablancas, Jhon Elliot y Jacquemus.
Quince días de intenso trabajo en la semana de la moda de Milán y Paris, Primavera-Verano 2023.
Cuenta que todo le pareció bastante normal hasta que llegó el segundo día de desfile, ahí, cayó en cuenta.
“Me sentí como nervioso, apretado, como que alguien me estaba asechando, y yo… bueno…”, dijo el joven en el programa Nuria Investigación Periodística.
La historia comienza cuando su amigo Omar lo ve en la peluquería, donde ambos se recortaban, y le preguntó si podía tomarle algunas fotos para una tienda. Y así comenzó todo.
Nunca imaginó que esas fotos informales para su amigo del barrio, despertarían el olfato del exportador de modelos, Sandro Guzmán, director de Ossygeno Models Management.
“Era un chico que no tenía un sello, podía representar fácilmente una belleza caribeña, como podía representar un hindú, o de cualquier parte de África.
Su amigo, Omar, lo describe como un buen chico. “Un joven de su edad, nacido en un barrio, de escasos recursos, hoy en día no tuviera la formación que él tiene, sin malicia, sin maldad, no tiene maña”.
Tiempos difíciles
Evelyn Sánchez, madre de Karamba, recuerda los años de vicisitudes que pasaron, sin comida, a veces, y sin una cama donde dormir.
“A veces yo no tenía nada, un arrocito blanco, y yo se lo daba a ellos. No quiero acordarme de nada de eso”, dijo la madre.
Asimismo, confesó que llegaron a tener días en los que durmieron en el piso y se acostaban sin cenar.
“Una vida dura. Me la buscaba como podía”, agregó la madre.
Esta realidad, dura de recordar, mantiene a Karamba enfocado en un principal objetivo: ayudar a su madre. Construirle una casita.
“Yo seguí luchando por mi sueño, seguí, el sueño es, como le había dicho a muchas personas, hacer la casa a mi vieja, a mi madre. Lo hice por ella fue, no fue por nadie más”, exteriorizó.
La recuerda siempre trabajando y haciendo sacrificios por él y sus hermanos. Por eso, dice Karamba, su madre, es su gran heroína
Confiados en que todo eso quedará en el pasado, el joven se concentra para llegar lejos y su madre orgullosa, está segura de que lo logrará