Padecer miopatía miofibrilar no fue obstáculo para Yanelis graduarse de Ingeniería de sistemas
Era imposible distinguirla entre los más de ochocientos estudiantes ubicados en la explanada del pabellón de voleibol del Centro Olímplico, más aún al considerar que todos vestían con togas, esclavinas de distintos colores y birretes, mientras eran investidos en múltiples especialidades que daban fin a su recorrido por la Universidad Dominicana O&M.
Yanelis tenía sólo 17 años cuando recibió el diagnóstico sobre el trastorno caracterizado por provocar una debilidad muscular lentamente progresiva que, a ese específico momento, poco o nada cambió su vida… O por lo menos no hasta la pandemia del coronavirus, en 2020, cuando la falta de actividad aceleró el desfallecimiento de sus piernas.
“Al principio para mi no significaba nada, era simplemente ponerle nombre a lo que yo tenía porque ya caminaba así y para mi era normal”, expresó al relatar cómo fueron sus vecinos los que motivaron a sus padres a investigar porque su niña se veía tan decaída al caminar.
Dedicatoria especial
En el 2020, precisamente cuando el poder moverse sola se convirtió para ella en un problema serio, fue que empezó sus estudios universitarios aprovechando la virtualidad; el detalle es que inició queriendo ser doctora, pero a costa de sus limitaciones, terminó en la ingeniería.
“Esto no era lo que yo quería estudiar, pero fue mi médico que me dijo que como lo que tengo es una enfermedad degenerativa, corría riesgos a una emergencia, no poder responder y lo entendí, por eso preferí estudiar algo que no necesitara moverse tanto”, explicó con una sonrisa, orgullosa de que pese a todo, logró obtener en el tiempo óptimo el título universitario que le acredita en esa disciplina.
Sin embargo, no fue tan fácil, sobre todo cuando se reanudó la presencialidad y Yanelis López, era obstinada para recibir la ayuda de sus más cercanos, apoyada en sus deseos de avanzar y salir adelante.
“Al principio, mi primo me acompañaba a la universidad, pero recuerdo una vez que por alguna razón él no podía y yo necesitaba ir, agarré y me fui sola. Iba recostándome de la pared, ayudándome porque ellas tienen más fuerza que uno, pero me caí en un parque”, relató, la joven oriunda del sector Herrera, en Santo Domingo Oeste.
Su hermana menor fue quien terminó asumiendo la responsabilidad y a su salida de la escuela en las mañanas, llegaba a casa al mediodía para comer, bañarse y acompañar a Yanelis a la universidad.
Se dormía en las clases, se auxiliaba con otros compañeros y amigos de su hermana en el recinto, el trayecto se hacía complicado, pero para ninguno existe la opción jamás de que Yanelis dejara de estudiar.
“Si tuviera que dedicarle mi título a alguien, sería a mi hermana que siempre me acompañó, llegaba cansada y yo se que para ella era difícil, pero nunca me dejó sola”, aseguró con emoción Yanelis, con su sonrisa que ocupaba todo el rostro, provocando la emoción de la hermana menor.
Además, envió un mensaje a la juventud a motivarse, esforzarse y salir adelante con un “si yo pude, tú también”.
El siguiente paso
Para Yanelis, el siguiente paso es encontrar un trabajo que haga productivo el aprendizaje adquirido en sus años universitarios, que le permitan ahora aportar a su familia en agradecimiento al sacrificio que cada uno realizó por ella. Confia que, ya sea en el sector privado o el público, encontrará apoyo para ejercer su profesión.
La graduación
En dos tandas, el pasado viernes la O&M graduó a 1,702 nuevos profesionales, quienes recibieron con emoción los títulos que les acreditan como aptos para ejercer en las distintas ramas
Más egresados
Las carreras con mayores egresados fueron Psicología, en las distintas ramas, con 528; seguido de las ingenierías con 442; Contabilidad 122; Educación 98, y Turismo 93. También Derecho y Mercadotecnia 74 egresados, y Comunicación Social 64.