Periodistas y defensores de derechos humanos en RD sospechaban eran objeto de vigilancia, según Amnistía
Amnistía Internacional informó que habría hablado con decenas de periodistas dominicanos, así como con defensores y defensoras de los derechos humanos, casi todos los cuales sospechaban que habían sido objeto de vigilancia a causa de su trabajo, esto, en el marco de una investigación en curso realizado.
De acuerdo a la información, la falta de transparencia en relación con el uso de la vigilancia y de programas espía dificultaba a las víctimas obtener información o lograr que se rindan cuentas.
Esta información surge a raíz de que el Laboratorio sobre Seguridad de Amnistía Internacional reveló que la periodista Nuria Piera ha sido atacada con el software espía Pegasus de NSO Group.
Amnistía destacó que en República Dominicana no existen vías claras para obtener una reparación adecuada en caso de vigilancia selectiva ilegítima.
La mayoría creía que agentes de inteligencia seguían sus pasos con métodos de vigilancia tradicionales, como las escuchas telefónicas.
El habeas data vía constitucional para la protección de los datos y la privacidad existente en el país—y el recurso penal disponible en virtud de la Ley 53-07 sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología sólo pueden utilizarse cuando se sabe quién está vigilando, algo que no siempre es posible si no se permite el acceso a la información o si no se poseen las competencias técnicas necesarias.
En muchos casos resulta prácticamente imposible que las personas atacadas prueben siquiera la existencia de la vigilancia, ya sea por obstáculos técnicos o porque la vigilancia es encubierta. Estos factores limitan el acceso a las reparaciones y amplían aún más el efecto paralizante de la vigilancia.
Asimismo, destacó que en RD los periodistas que se sabe que investigan la corrupción también pueden correr el riesgo de convertirse en blanco de campañas difamatorias.
“Los actos de esta naturaleza perjudican profundamente al Estado de derecho y a la práctica profesional del periodismo. Ningún periodista debería ser objeto de actos de esta naturaleza, que básicamente tratan de socavar su palabra, de menoscabar la posibilidad de que la gente sepa lo que está ocurriendo, porque el problema ni siquiera es el periodista en sí. En lo que se refiere a socavar la credibilidad, lo que intentan es interponer un obstáculo entre dicha persona y la comunicación que mantiene con la gente”, ha afirmado Edith Febles.