Plantas cacatica reproducen in vitro esta rara orquídea exclusiva de República Dominicana

Trescientas plántulas de cacatica crecen verdes y sanas en el laboratorio de cultivo in vitro del Jardín Botánico Nacional (JBN), ubicado en el edificio que alberga el Banco de Semillas.

Lo que ha ocurrido aquí en los últimos nueve meses es un hito en la historia de la botánica dominicana: lograr, por primera vez, la reproducción in vitro de la Tolumnia henekenii, una rara orquídea exclusiva de República Dominicana considerada en peligro crítico.

La única población conocida de esta especie se encuentra en la Reserva Científica Villa Elisa, en la provincia Montecristi. Allí precisamente, en mayo de 2021, comenzó esta historia de conservación,  tras una exploración que realizaran técnicos del JBN junto al Viceministerio de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente.  

La estudiante de Agronomía Yuraisy Rodríguez, técnico de cultivo in vitro del JBN, “guió al viceministro Federico Franco para que llevara a cabo la polinización (fecundación) manual de las flores de cacatica”, explica la bióloga Betzaida Cabrera, técnica de producción y manejo de semillas del JBN.

“Una vez fecundadas las flores, se instruyó a los guardaparques y al administrador de la reserva para su monitoreo hasta la formación y maduración de los frutos”.

El equipo había encontrado apenas tres plantas con flores y unas pocas sin flor, registra Cabrera.

Cuando los guardaparques avisaron que los frutos estaban maduros, se realizó un segundo viaje para cosecharlos, extraer las semillas e iniciar en el JBN el proceso de germinación in vitro, bajo la custodia de Rodríguez.

Nueve meses después, la institución anuncia con emoción los buenos resultados del experimento: la exitosa reproducción de 300 individuos que ya alcanzan las dos pulgadas.

¿POR QUÉ LA ALEGRÍA?

¿Qué tiene de especial la Tolumnia henekenii? Primero la rareza, dice Francisco Jiménez, subdirector del JBN.

Originalmente, esta especie se protegió porque los coleccionistas de orquídeas internacionales las estaban saqueando, dice el botánico a Listín Diario.

“Tienen un gran valor. Para cuando se creó la reserva, en 1976, las plantitas las vendían a 50 dólares”, afirma Jiménez.

Señala que la pequeña flor es muy parecida a la abeja negra, específicamente a la hembra de la Centris insularis.  

Este tipo de mimetismo, explica, es un camuflaje que tanto las plantas como los animales adoptan para buscar su polinizador “y, obviamente, perpetuarse como especie, porque si no la poliniza ninguna especie no viene el fruto y no se reproduce. Esta especie ha ganado concursos a nivel internacional por su rareza, por su parecido a la abeja”.  

Hacía más de 10 años que no se introducían plántulas nuevas en la reserva, comenta.

“Es una especie que está en peligro crítico de extinción. El JBN está trabajando intensamente y los resultados son estos 300 individuos que se han reproducido in vitro para precisamente tratar de salvar la especie, aumentar el número de poblaciones en su área natural y bajar el nivel de peligro crítico”.  

Estos esfuerzos, sostiene Jiménez, forman parte de los programas de conservación del JBN. “Para eso fue creado, para el estudio y la conservación de la flora”.


¿QUÉ SIGUE? 

El JBN iniciará ahora un proceso de aclimatación, de manera que las plantas se adapten a una temperatura ambiental que permita, más adelante, introducirlas en la reserva natural. Este proceso podría tardar un mes.

“La catatica forma parte del patrimonio natural de los dominicanos y hay que hacer que los dominicanos valoren eso. La razón de ser de la Reserva Científica Villa Elisa es esa especie: la cacatica”, dice Betsaida Cabrera.

La especie fue descubierta en 1850 en Pontón (Navarrete, Santiago) por el naturalista alemán Robert H. Schomburg, quien había llegado al país como cónsul de Inglaterra. Esta área fue devastada, encontrándose nuevos ejemplares en el bosque seco de la comunidad de Villa Elisa.

Donald Dod, investigador estadounidense que trabajaba entonces en el JBN, propuso la creación de la reserva para proteger la especie del saqueo de los coleccionistas.

IMPRESIONES

Francisco Jiménez sobre el trabajo de los jóvenes biólogos del JBN: “Cuando ves a estos estudiantes crecer, que hoy son biólogos y están trabajando en investigación, uno siente una satisfacción enorme. Ver jóvenes preocupados por la conservación de las plantas y el estudio de la flora en general es algo loable, es una satisfacción tremenda”.


DE INTERÉS

–  Las plántulas reproducidas in vitro tienen ahora unos cinco centímetros. Su crecimiento fue bastante rápido, consideran Rodríguez  y Cabrera.
– El programa de conservación de la cacatica cuenta con el apoyo del Viceministerio de Áreas Protegidas y Biodiversidad. 
– Y no solo la cacatica. El JBN está trabajando con las orquídeas en peligro de extinción.
–  La planta florece entre abril y junio.