EEUU supera las 900,000 muertes por covid-19: cómo llegamos a esta cifra pese a la disponibilidad de vacunas
La cifra se alcanzó impulsada principalmente por la variante ómicron extremadamente contagiosa y llega más de 13 meses después de una campaña de vacunación que ha estado plagada de desinformación y conflictos políticos y legales, aunque las inyecciones han demostrado ser seguras y altamente efectivas para prevenir enfermedades graves y muertes
El número de muertes por covid-19 en EEUU sobrepasó este viernes las 900,000, menos de dos meses después de que el país reportara 800,000 fallecidos. El total de dos años, según la compilación de la Universidad Johns Hopkins, es mayor que la población de Indianápolis, San Francisco, Charlotte o Carolina del Norte.
En los últimos días el número de fallecidos promedia un poco más de 2,600 cada 24 horas.
Y aunque los números de contagios y hospitalizaciones van en descenso, la pandemia persiste y los centros de salud en todo el país siguen trabajando a marcha forzada, con médicos y asistentes de enfermería prácticamente quemados tras un largo periodo de más de dos años lidiando con un virus que muta porque es ayudado por un amplio sector de la población indiferente, que aún no se vacuna: 45.8% según las más recientes cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La cifra se alcanzó impulsada principalmente por la variante ómicron extremadamente contagiosa y llega más de 13 meses después de una amplia campaña de vacunas accesibles y sin costo alguno, pero que ha estado plagada de desinformación y conflictos políticos y legales, aunque las inyecciones han demostrado ser seguras y altamente efectivas para prevenir enfermedades graves y muertes.
Las vacunas se desarrollaron en tiempo récord y estuvieron marcadas por el impulso de una novísima tecnología -la aplicación del RNA mensajero- que no solo probó ser eficaz, sino además salvavidas.
“Es un número astronómicamente alto. Si le hubieras dicho a la mayoría de los estadounidenses hace dos años, cuando esta pandemia estaba en marcha, que 900,000 estadounidenses morirían en los próximos años, creo que la mayoría de la gente no lo habría creído”, dijo el Dr. Ashish K. Jha, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown, a la agencia AP.
Señaló que la mayoría de las muertes ocurrieron después de que la vacuna obtuviera la autorización.
“Tenemos la ciencia médica correcta. Fallamos en las ciencias sociales. Fallamos en cómo ayudar a las personas a vacunarse, combatir la desinformación, no politizar esto”, dijo Jha. “Esos son los lugares donde hemos fallado como Estados Unidos”.
Pese a esta alarmante cifra, las muertes por covid-19 seguirán aumentando en Estados Unidos. El Dr. Andrew Noymer, profesor de salud pública en la Universidad de California en Irvine, predijo que el país podría alcanzar el millón de muertes para el 1 de marzo.
Pero, ¿cómo hemos llegado a esta cifra y cuáles han sido los factores? Estas son algunas de las razones que explican -especialmente- las muertes más recientes:
Solo el 64% de la población está completamente vacunada, o alrededor de 212 millones de estadounidenses, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Cuando se lanzó la vacuna a mediados de diciembre de 2020, el número de muertos era de unos 300,000. Llegó a 600,000 a mediados de junio de 2021 y a 700,000 el 1 de octubre.
El 14 de diciembre llegó a 800 000 y solo tomó 51 días más para llegar a 900,000, el salto más rápido de 100,000 muertes desde el invierno pasado.
Ese auge preocupa a los expertos porque es mucho más pronunciado que en otros países desarrollados, aunque en todos esos países hay más ciudadanos vacunados y con dosis de refuerzo que en Estados Unidos, donde solo el 42 % de los que podían ponerse una tercera dosis lo han hecho, de acuerdo con los CDC.
Los adultos no vacunados tienen un riesgo 97 veces mayor de morir por covid-19 que los adultos que están completamente vacunados y reforzados, según los datos más recientes de los CDC.
Ómicron subestimadaLa gran cantidad de personas que se infectaron contribuyó al aumento de muertes.
Las últimas 100,000 muertes abarcan las que fueron causadas tanto por la variante delta como por ómicron, que comenzó a propagarse rápidamente en diciembre y se convirtió en la versión predominante en EEUU antes de que terminara el mes.
Si bien se ha demostrado que ómicron es menos probable que cause una enfermedad grave que delta, la gran cantidad de personas que se infectaron con ómicron contribuyó a la gran cantidad de muertes.
El doctor Mauricio González, médico residente y especialista en casos de emergencia, aseguró en una entrevista previa con Univision Noticias que subestimar las nuevas variantes del coronavirus «ha sido tremendamente dañino para la sociedad».
Políticas de salud diferentes en cada estadoDiversas órdenes federales de Biden fueron impugnadas por estados liderados por republicanos y grupos conservadores.
Desde el inicio de la pandemia, cada estado ejerció su derecho para regular los asuntos de salud pública y decidió sobre las restricciones y mandatos que sus ciudadanos debían usar tanto en lugares al aire libre como en espacios cerrados.
Con la llegada de las vacunas, algunos relajaron las medidas, pero volvieron a endurecerlas con la aparición de la variante ómicron.
Sin embargo, las restricciones no han sido uniformes y aunque el presidente Joe Biden ha emitido mandatos federales, diversos estados han llegado hasta la Corte Suprema para impugnarlos.
Dos de las órdenes de alto perfil de Biden están en espera. Si bien la Corte Suprema permitió el mandato para los trabajadores de la salud, bloqueó una regla separada que habría requerido que los empleadores con más de 100 trabajadores fueran vacunados o examinados semanalmente para detectar covid-19.
Las diversas órdenes de vacunas de Biden fueron impugnadas en los tribunales por estados liderados por republicanos, grupos conservadores y algunas empresas. Las demandas argumentaron en parte que los mandatos excedieron los poderes ejecutivos federales e infringieron los derechos de los estados para regular los asuntos de salud pública.
El surgimiento de los casos de la variante ómicron estuvo acompañado por una nueva ola de desinformación, a medida que personas de todo el mundo aprendieron nuevas lecciones sobre cómo vivir con la pandemia y tomar decisiones en su vida diaria.
Envueltos en pánico y sin tener muchos datos científicos sobre el nuevo SARS-CoV-2, muchos usuarios de redes sociales y apps de mensajería difundieron o creyeron informaciones falsas.
De acuerdo con los CDC, la difusión de información errónea en las redes sociales y a través de otros canales ha afectado la confianza en la vacuna contra el covid-19.
En julio pasado, el presidente Joe Biden acusó a Facebook de «matar personas» al difundir mentiras sobre vacunas, sin embargo, esa avalancha de desinformación continúa y diversos expertos han señalado que es necesario que el gobierno realice más acciones para combatir este problema.
“El problema de la desinformación sobre las vacunas era grande hace un año y sigue siendo grande ahora”, dijo a la agencia Reuters David Lazer, quien codirige el Proyecto de Estados Covid. La lucha contra la desinformación «requiere enfoque, atención y esfuerzo continuos», dijo.