La correcta higiene íntima puede evitar muchas complicaciones a las mujeres

Una de las zonas que precisa cuidados especiales, en la mujer, es la región genital, cuya higiene correcta evitará las consecuencias que se derivan del uso inadecuado de sustancias sobre la mucosa de los genitales y las posibles infecciones debido a un manejo inadecuado.

Mischelenin González, ginecóloga de la Clínica Integral de la Mujer de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), señala que para mantener la mucosa vulvovaginal aseada es necesario lavarse con agua y jabón, preferentemente dos veces al día, una por la mañana y otra vez antes de acostarse.

La limpieza de la zona debe incluir la vulva, así como los pliegues de los labios mayores y menores y no descuidar el lavado alrededor del clítoris.

La vagina no debe lavarse en su interior, ya que tiene su propio mecanismo depurador; cada día se libera una cantidad determinada de flujo vaginal.

Este, en ausencia de patologías, es blanquecino, con tendencia a amarillear cuando se seca. Es, por naturaleza, algo viscoso, dulce y su olor no es desagradable, comenta González.

La especialista advierte que en cuanto a higiene se habla, las duchas vaginales no son recomendables como medida rutinaria, a menos que forme parte de un tratamiento médico.

“Ese tipo de limpieza puede llegar a cambiar el pH vaginal y favorecer el desarrollo de bacterias con la producción de inflamación o infección de la mucosa”.
Por tanto, “estas sólo están indicadas en situaciones específicas y durante un período corto”, explica.

La galena resalta que es muy importante mantener esa zona seca, aparte de limpia, para evitar infecciones. El contacto con la orina, el sudor, el mismo flujo vaginal, la menstruación y el hecho de ser una zona poco ventilada favorecen que la humedad generada no se evapore por completo, siendo esas las causas por las que la vagina es más susceptible al desarrollo de microorganismos.

Hábitos
“En la niñez y adolescencia es muy importante enseñar el hábito de la higiene íntima e insistir en que la limpieza debe realizarse de delante hacia atrás, nunca al revés, para evitar contaminar con restos de heces la zona vaginal. Es muy importante también asear la zona perineal con jabones neutros”, explica.

Agrega que la correcta higiene íntima de la mujer se consigue a través de una serie de cuidados específicos. Debido a las características biológicas de las zonas íntimas, estos deben observarse minuciosamente para así evitar infecciones y otras patologías.

La salud vaginal depende de la presencia de una flora bacteriana, que tiene un papel protector frente a patógenos externos. Cuando existe una alteración de ese medio, conlleva un incremento del riesgo de infección.

Una de las zonas que precisa cuidados especiales, en la mujer, es la región genital, cuya higiene correcta evitará las consecuencias que se derivan del uso inadecuado de sustancias sobre la mucosa de los genitales y las posibles infecciones debido a un manejo inadecuado.

Mischelenin González, ginecóloga de la Clínica Integral de la Mujer de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), señala que para mantener la mucosa vulvovaginal aseada es necesario lavarse con agua y jabón, preferentemente dos veces al día, una por la mañana y otra vez antes de acostarse.

La limpieza de la zona debe incluir la vulva, así como los pliegues de los labios mayores y menores y no descuidar el lavado alrededor del clítoris.

La vagina no debe lavarse en su interior, ya que tiene su propio mecanismo depurador; cada día se libera una cantidad determinada de flujo vaginal.

Este, en ausencia de patologías, es blanquecino, con tendencia a amarillear cuando se seca. Es, por naturaleza, algo viscoso, dulce y su olor no es desagradable, comenta González.

La especialista advierte que en cuanto a higiene se habla, las duchas vaginales no son recomendables como medida rutinaria, a menos que forme parte de un tratamiento médico.

“Ese tipo de limpieza puede llegar a cambiar el pH vaginal y favorecer el desarrollo de bacterias con la producción de inflamación o infección de la mucosa”.
Por tanto, “estas sólo están indicadas en situaciones específicas y durante un período corto”, explica.

La galena resalta que es muy importante mantener esa zona seca, aparte de limpia, para evitar infecciones. El contacto con la orina, el sudor, el mismo flujo vaginal, la menstruación y el hecho de ser una zona poco ventilada favorecen que la humedad generada no se evapore por completo, siendo esas las causas por las que la vagina es más susceptible al desarrollo de microorganismos.

Hábitos
“En la niñez y adolescencia es muy importante enseñar el hábito de la higiene íntima e insistir en que la limpieza debe realizarse de delante hacia atrás, nunca al revés, para evitar contaminar con restos de heces la zona vaginal. Es muy importante también asear la zona perineal con jabones neutros”, explica.

Agrega que la correcta higiene íntima de la mujer se consigue a través de una serie de cuidados específicos. Debido a las características biológicas de las zonas íntimas, estos deben observarse minuciosamente para así evitar infecciones y otras patologías.

La salud vaginal depende de la presencia de una flora bacteriana, que tiene un papel protector frente a patógenos externos. Cuando existe una alteración de ese medio, conlleva un incremento del riesgo de infección.

González refiere que cuando existe un cambio del pH, se incrementa el riesgo de padecer una infección en la zona, lo que se asocia a síntomas como la sensación de sequedad vaginal, picor, irritación o dispareunia. Añade que la edad de la mujer también es un factor a considerar; el pH de la piel que conforma la vulva y la vagina cambia a lo largo de la vida.

En la pubertad este se mantiene en 7. Lo mismo ocurre en la menopausia y durante la menstruación, sin embargo, en la edad fértil y durante la gestación, entre 4,5 y 5.

Elección del pH
La elección del pH de los distintos productos higiénicos variará por tanto, en función de la edad. En la mujer fértil debemos utilizar uno en torno a 5.

En niñas y en mujeres menopáusicas se debe optar por productos con pH 7. Los aconsejados durante el embarazo deben tener un de 3,5.

La utilización de productos de higiene íntima sin tener en cuenta el adecuado, no es recomendable. El uso de preservativos puede modificar el equilibrio natural de la flora bacteriana, advierte la ginecóloga.

Recomendación
La higiene íntima femenina y el cuidado de los genitales externos deben ser diferentes al de las otras partes del cuerpo, ya que tiene unas características distintas. Requiere de unas medidas de higiene y precaución diferentes, muy importantes para evitar infecciones y mantener una buena salud vaginal.