Lubricación vaginal: respuesta fisiológica (OPINION)
¡Doctora mojo mucho!, es un lamento frecuente de las mujeres jóvenes. Refieren sentirse avergonzadas, incomodas e incluso preocupadas. Nada más infructuoso. Si te molesta el incremento de la lubricación vaginal la buena noticia es que hay tratamiento.
La lubricación vaginal es la respuesta fisiológica al estímulo sexual. En definitiva, la pareja te gusta y tu cerebro lo sabe. Es una respuesta funcional, una evidencia de estado de salud. El eje hipotálamo-hipófisis-ovario envía señales para generar un incremento del flujo sanguíneo en el área de la vulva y un trasudado que se percibe como un aumento del flujo vaginal.
Nada pasa por azar. La lubricación vaginal funciona como protector, evita lesiones en la mucosa de la vulva-vagina y en el pene, incluso incrementa la flora vaginal lo cual sirve para evitar infecciones.
Los cambios en el ciclo menstrual interfieren con el flujo vaginal. Durante la fase de ovulación (a mitad del ciclo menstrual) y en la fase premenstrual la lubricación crece. Con el embarazo los flujos vaginales aumentan, como respuesta a cambios hormonales.
El flujo vaginal debido a estímulo sexual es incoloro. Las infecciones vaginales se manifiestan con una secreción vaginal de características propias. Si el flujo excesivo se presenta ante la ausencia de estímulo sexual es recomendable visitar tu ginecóloga.
Para mermar el flujo vaginal recomiendo:
-Secarte con la tela que tengas a la mano.
-Pedirle a tu pareja que te seque. Puede ser vivido como un juego sexual.
-Fármacos que como efecto secundario producen resequedad en todos los fluidos corporales incluyendo: lágrimas, saliva, secreción nasal y flujo vaginal, entre otros.
Cuando les pregunto la opinión de su pareja, a la mayoría de ellos no les importa o incluso les gusta.
A menudo las mujeres jóvenes se preocupan por temas que en general para ellos podrían ser insignificantes. Les hemos enseñado a sentirse inseguras de su cuerpo e incluso a sentir vergüenza sus respuestas sexuales tangibles.
A las mujeres las invito a hacer las paces con su cuerpo, con los ciclos de su vida-cuerpo, y a vivirlo como un instrumento para experimentar la vida, sin prestarle demasiada atención a las consideraciones externas. Si te gusta a ti probablemente le gustará a los demás.