Unos ingenieros españoles crean un tumor artificial en 3D para probar fármacos contra el cáncer

Cada tipo de tumor es distinto, por lo que al hablar de cáncer no podemos referirnos a una sola enfermedad, sino a muchas, tal y como dicen los oncólogos. Por ese motivo, los avances en la investigación de tratamientos son tan lentos y complicados de ver.

Para el estudio de posibles soluciones a los distintos tipos de cáncer, los científicos recurren a cultivos celulares y a animales de experimentación, pero esto no es especialmente sencillo. No obstante, la tecnología hace posible que existan otros métodos de investigación como el desarrollo de tumores artificiales, algo que han hecho desde el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC).

Elisabeth Engel, de Biomateriales para Terapias Regenerativas en el IBEC, y su equipo han conseguido imprimir en 3D un tumor artificial. Según explican en un artículo de la revista científica ‘ACS Applied Materials & Interfaces’, su creación imita la composición del cáncer de mama.

Para desarrollar el tumor artificial, los científicos han usado tejidos procedentes de mamas de hembras de cerdo. Las células extraídas de dichos animales se usaron para hacer crecer células tumorales humanas y entender mejor procesos como la metástasis o probar el efecto de distintos fármacos sobre las células tumorales de una persona y escoger la opción más adecuada para el tratamiento.

Bárbara Blanco-Fernández, investigadora que forma parte del estudio, ha explicado para Teknautas de El Confidencial, que el material formado «intenta mimetizar la matriz extracelular del tumor de mama», siendo lo más parecido posible a uno real. Una matriz extracelular es un conjunto formado por varias células, hormonas, polisacáridos y proteínas que están «implicados en el desarrollo del cáncer», pero son difíciles de reproducir en un laboratorio.

El parecido genético de los cerdos con los humanos permitió que los científicos pudiesen recurrir a estos animales para recrear un tumor de forma artificial. Primero eliminaron las células animales, quedándose con el material estructural que tiene las características necesarias para el crecimiento de las células cancerosas.

Después de obtener el modelo imprimido, Blanco-Fernández señala que tuvieron que esperar «entre 7 y 14 días» a que las células creciesen y formasen «estructuras habituales del tumor»